El gobierno, en sintonía con la bancada del Centro Democrático, optó por sabotear la discusión aprobando una proposición presentada por el senador Macías para tumbar la moción de censura, la cual, para las mayorías, ya no tenía fundamento. “Jugadita” que se constituye en un claro atentado a la discusión abierta y democrática de los asuntos políticos de interés general, misión del Parlamento y en una violación a los derechos de la oposición de dar los debates de control que afectan la estabilidad de la nación y la vida de los ciudadanos. Tamaña indignidad no tiene precedentes recientes en Colombia.Por Alberto Herrera
Director de La Bagatela
El jueves 22 de octubre, el Mindefensa debió enfrentar un debate de una nueva moción de censura. Esta vez en el Senado de la Republica. Existía la duda de la presencia de Holmes en la confrontación, pues en las 2:14 horas que habló durante el debate en la Cámara la anterior semana, su defensa fue pobre, gaseosos sus argumentos, produciendo un desenlace que lo compromete con la honestidad y la ley; ese día salió con “el rabo entre las piernas”. El resultado de la nueva censura podría agravar su estabilidad en el cargo, aun contando con la mayoría de senadores que sin razones de peso y con poca vergüenza, alaban la gestión del ministro y le darán el voto “solidario”. Su desprestigio público obedece a los graves hechos protagonizados bajo sus órdenes.
La Corte Suprema mediante sentencia del 22 de septiembre le había exigido al ministro garantizar la protesta y lo conminó a disculparse en un plazo de 48 horas, por los excesos de la policía contra los manifestantes del paro nacional del 21N. Como consecuencia de esa acción murió el joven Dylan Cruz víctima de un disparo a quemarropa hecho por un policía con una escopeta calibre 12. Holmes argumentó que ya había pedido “perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los integrantes de la Institución” hecho en rueda de prensa el 11 de septiembre de manera “espontanea”, “sin que nadie se lo pidiera”. Con esa frase el ministro pretendió cobijar todos los desafueros de la fuerza pública, anteriores y posteriores. Ese “espontaneo” perdón solo puede entenderse como el reconocimiento a la brutalidad de la Policía Nacional ejercida en los dos días anteriores cuando el asesinato de Javier Ordoñez y la cacería humana desatada en las calles de Bogotá por decenas de agentes disparando y asesinando 14 ciudadanos e hiriendo a 59. Hombres y mujeres que indignados la emprendieron contra los CAI, sitio donde habían rematado a Ordoñez, exigiendo que nunca más sucedan estos atropellos. La gravedad de los hechos obligó al gobierno a pedir este tibio perdón que no responde a la sentencia de la Corte, como se confirma con el comunicado que aparece en www.mindefensa.gov.co donde queda claro que el perdón pedido por el ministro fue “en referencia a la muerte de Javier Humberto Ordóñez en Bogotá”. (Ver nota al finall).
Pasada la tormenta, el día siguiente de la sentencia mencionada, el 23 de octubre reaparece Holmes presuroso y con toda la pompa, desde la Casa de Nariño, rodeado de funcionarios del alto gobierno y de la Policía Nacional, pidiendo revisión, y no perdón, a la sentencia a la Corte Constitucional. Jamás lo hizo y en estas circunstancias enfrentó el debate en la Cámara de Representantes el 13 de octubre donde lo señalaron entre otros cargos, de desacato a las órdenes judiciales. Esa misma tarde y en medio de la moción, el tribunal de Bogotá que debería resolver la revisión de la sentencia falló en contra del ministro al considerar no había cumplido con el perdón, y le dio 24 horas para hacerlo. El representante Losada pidió al ministro que lo hiciera ahí mismo, en el recinto congresional, en su última intervención. Aunque de forma vaga y general, similar al 11 de septiembre, a Holmes le tocó pedir perdón.
Los rumores de renuncia del ministro Holmes al cargo estaban relacionados con su vulnerabilidad ante el debate sobre la presencia de las tropas gringas en Colombia, motivo de la moción. El gobierno, en sintonía con la bancada del Centro Democrático, optó por sabotear la discusión aprobando una proposición presentada por el senador Macías para tumbar la moción de censura, la cual, para las mayorías, ya no tenía fundamento. “Jugadita” que se constituye en un claro atentado a la discusión abierta y democrática de los asuntos políticos de interés general, misión del Parlamento y en una violación a los derechos de la oposición de dar los debates de control que afectan la estabilidad de la nación y la vida de los ciudadanos. La moción de censura había sido aprobada por la mesa directiva del Congreso y cumplía con los requisitos para su realización. No hay ningún mecanismo que permita, legalmente, impedir una moción de censura y lo hicieron. Este hecho se añade a la seguidilla de desconocimientos a la independencia de los poderes constitucionales y al desconocimiento de sus atribuciones, promovidos por las fuerzas gubernamentales. La bancada alternativa señaló esta actuación como un paso para acallar el Parlamento y cerrar el Congreso, acusó al senador Char de violar la ley al poner en votación una proposición ilegal, no participó en la votación de una propuesta que calificaron de ilegal y antidemocrática, y se retiró de la sesión.
Como la opinión publica conoce, el origen del debate es la obligatoriedad de que el Senado autorice el tránsito de tropas extranjeras en territorio colombiano. El gobierno, en debate anterior en el mismo recinto sentó que no era necesario autorización en este caso, que ellas vienen a asesorar (no han aclarado a quien) cobijadas en una tradicional cooperación entre las dos naciones, tratándolo como un hecho incuestionable. Tamaña indignidad no tiene precedentes recientes en Colombia. Su equivocado argumento obligó al gobierno a tramitar a través del presidente del Senado del momento una autorización para la presencia de estas tropas gringas que obtuvo mediante una carta firmada individualmente por senadores y no como producto del debate en el recinto. Así concluyó las 2orillas del 28 de agosto el episodio: “El ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo anunció que ya tiene en sus manos la autorización del Congreso -firmada por el expresidente del Senado Lidio García-para que las tropas gringas pudieran actuar en Colombia. Sin embargo, parece que esta sería falsa”. Es decir Holmes reconoció la necesidad de la autorización y obtuvo el permiso mediante un método ilegal y tramposo. A este hecho tampoco tiene respuesta. El ministro oculta información, miente y engaña con la presencia de tropas gringas en territorio colombiano, violó la ley y no tuvo fuerza para enfrentar el debate. Su permanencia en el cargo solo lleva al gobierno a un mayor enfrentamiento con la población con consecuencias impredecibles.
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Mindefensa y director (e) de la Policía Nacional pidieron perdón por actuación de uniformados en caso de Javier Humberto Ordóñez / Bogotá, 11 de septiembre del 2020
El Ministro de Defensa, Holmes Trujillo, y el director (e) de la Policía Nacional, general Gustavo Moreno, pidieron perdón por cualquier violación a la ley o desconocimiento de los reglamentos en que haya incurrido cualquiera de los integrantes de la Institución, en referencia a la muerte de Javier Humberto Ordóñez en Bogotá. Titular del comunicado publicado en www.mindefensa.gov.co.
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