Estamos frente al ejercicio de políticas neoliberales donde se evidencia el desconocimiento del otro como humano. Si bien el neoliberalismo se ha caracterizado por la mercantilización de cada aspecto de la vida, esa definición queda corta cuando se vincula en el ejercicio gubernamental que excede las prácticas de la relación humana tan básicas como el acto de “hablar”. Un simple diálogo visto desde el ejercicio de pararse frente al otro implica el reconocimiento de este como interlocutor válido. Desconocer en el ejercicio del poder que los diferentes grupos humanos tienen el digno derecho de ser escuchados, implica undespotismo de gobierno, manejo del poder arbitrario y autoritarismo en el control político
Por
Absalón Cabrera
Miembro de comité de redacción de La Bagatela
Según el Canto XXIV de la Ilíada, Hermes contribuye a que el rey Príamo consiga llegar desde la ciudad de Ilio hasta el lugar donde se han apostado los barcos de los Aqueos para rescatar el cuerpo de su hijo Héctor muerto en combate con Aquiles. Es un personaje astuto, muchas veces relacionado con la acción de comunicar el mensaje de los dioses a los hombres. En la Ilíada, Hermes es presentado como una deidad con mucho ingenio, que se camufla o se deja ver cuando quiere, acompaña y guía al buen Príamo en la labor de rescate, ayudándole a superar las barreras y evitando que algún soldado se percate de su presencia. ¿Qué paralelo puede trazarse entre este Canto de la Ilíada y la reticencia de Duque a hablar con la Minga? Hagamos un análisis rápido de estos acontecimientos:
Primero,
recordemos que en abril del 2019 el presidente decidió no acercarse a Caldono,
Cauca, a reunirse con la Minga indígena bajo la excusa de “temas de seguridad”.
Posteriormente, y en una actitud totalitaria, desconoció al Comité Nacional de
Paro del 19 de noviembre, lo cual llevó a movilizaciones permanentes de muchos
sectores sociales. De estos hechos se puede deducir que hay un accionar
recurrente para evitar el diálogo, cosa que también ocurrió entre el 19 y el 21
de octubre del presente año, lo cual me lleva a preguntar ¿por qué el
desinterés de llegar a acuerdos con la Minga y los demás sectores sociales?
Sospecho
que estamos frente al ejercicio de políticas neoliberales donde se evidencia el
desconocimiento del otro como humano. Si bien el neoliberalismo se ha
caracterizado por la mercantilización de cada aspecto de la vida, interpreto
que esa definición queda corta cuando se vincula en el ejercicio gubernamental
que excede las prácticas de la relación humana tan básicas como el acto de
“hablar”. Un simple diálogo visto desde el ejercicio de pararse frente al otro
implica el reconocimiento de este como interlocutor válido. Volviendo al
personaje de Hermes, el diálogo permitiría acompañar la vida humana y superar
algunos conflictos, cosa que parece no estar en la racionalidad del equipo de
gobierno de Duque.
Las
concepciones del neoliberalismo en tanto políticas puramente comerciales se
quedan cortas, puesto que los hechos anteriormente mencionados nos dan pistas
para pensar en un nuevo neoliberalismo que profundiza en el ejercicio del poder
bajo el desconocimiento de las prácticas humanas básicas. Propongo el siguiente
razonamiento: En el universo de los seres vivos existen diferentes formas de
comunicación y la de los humanos, sin desconocer otros tipos de lenguajes, es
principalmente el diálogo. Luego, desconocer en el ejercicio del poder que los
diferentes grupos humanos tienen el digno derecho de ser escuchados, implica un
despotismo de gobierno, manejo del poder arbitrario y autoritarismo en el
control político.
Para no olvidar al Hermes griego, lo que resta es volver a pensar en aquello que nos hace representantes del género humano, entre ellas el ejercicio del diálogo. Recordar a Hermes es volver a conectar los pensamientos, dotar de significado las relaciones de los hombres, permitir interpretar y comprender al otro desde sus propias necesidades, preocupaciones y perspectivas de vida. Hermes en el Olimpo llora al ver el silencio nefasto de este gobierno frente a la Minga y las dinámicas de un neoliberalismo absolutamente nefasto e inhumano.
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