Las colas para votar la Constituyente son muy elocuentes.
El pueblo venezolano y su gobierno dieron un parte de
victoria con su votación del 41% del censo de votantes, equivalente a más de 8
millones de venezolanos que votaron en la elección de integrantes de la nueva Asamblea Constituyente.
Significa ello que queda a la vista del mundo entero que el
gobierno venezolano tiene una ancha base de apoyo social y político, pues el pueblo concurrió a las urnas a apuntalar la independencia de su país. Que por
encima de la violencia callejera y el terrorismo desatados por la revuelta de
los ricos, utilizando a desclasados y al lumpen, y amplificado por la ola
mediática progringa se impuso la paz.
Significa también que la oleada de violencia desatada por
la oposición para desestabilizar y derrocar el gobierno de Maduro fracasó en su
cometido.
Ante el rechazo del pueblo venezolano del pretendido paro
convocado por la oposición para sabotear la Constituyente y culminar su
proyecto golpista, a los países alineados con la política intervencionista de Washington
sólo les quedó desconocer el resultado exitoso de las elecciones de la Constituyente.
La ofensiva aupada desde la Casa Blanca por el
presidente Trump, orquestada por su secretario de Estado Tillerson y la Exxon Mobil, para arrebatarle de nuevo a Venezuela su riqueza petrolera, sin duda
proseguirá. Por lo pronto ha encallado su plan golpista.
Venezuela es hoy el campo de batalla principal en América por la defensa de la independencia de nuestros países y de un rumbo progresista. La
lucha continúa. Solidaridad con el bravío pueblo.
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