Por Alberto
Herrera
La
remodelación del parque del Japón (PJ) ha servido para ratificar el talante
arbitrario y unilateral de la administración Peñalosa.
La
opinión de la comunidad vecina no se tuvo en cuenta y la alcaldía simplemente
presentó un proyecto de remodelación de zonas públicas que pretende implementar
por toda la ciudad, desconociendo la diversidad de la población, del terreno y
del uso por parte de las comunidades.
El PJ era
acogedor y tranquilo para los usuarios que lo visitaban a diario, ahora se
modificará, tendrá otro carácter. El modelo de los parques de la alcaldía es echando
cemento para construir senderos, canchas sintéticas e instalar aparatos
mecánicos, eso sí talando cuanto árbol incomode o modifique su proyecto.
El
caso del PJ ha sido el punto de quiebre para que los ciudadanos eleven su
protesta: se sienten ignorados y atropellados, mientras Peñalosa sacrifica el
medioambiente. Son $3.200 millones de inversión (informan que hay destinados en
total $7.500 millones para el PJ) que se podrían destinar a conservar y/o
mejorar el deteriorado medioambiente de la ciudad.
Los
bogotanos por toda la cuidad han realizado concentraciones, velatones, marchas
que se mantienen así las obras estén en ejecución. Desde los medios, diversos
columnistas (Carlos Del Castillo, Poncho Rentería y Antonio Caballero entre
otros) rechazan la tala indiscriminada de árboles y muestran a Peñalosa como el
peor alcalde de Colombia. Les asiste la razón, las encuestas por tres años lo
señalan con imagen negativa de 79% constituyéndose en el alcalde de Colombia
con el mayor índice de rechazo.
Ni el voluminoso gasto en promoción de su administración convence
Para
completar, el 4 de febrero la alcaldía saca un reporte político pagado en los
periódicos bogotanos señalando que los ciudadanos no saben de conservación de
arboles y los acusan de mentir sobre la tala de ellos. Lo que es claro es que
robustos arboles han sido derribados por toda la ciudad y son remplazados por arbolitos
que para “absorber 150 kilogramos/año de CO2”, como dice el escrito en mención y
jugar un papel determinante en la mejora ambiental, debemos esperar muchos
años. “Demasiado, como dicen los jóvenes hoy; (En Japón hay un tour para ver un
cerezo de 160 años). El reporte del ayuntamiento da una serie de conceptos
generales pero no aterriza en nada concreto. En Normandía, Bosque Bavaria, el
parque de Iberia y en 15 parques más los habitantes rechazan el “talatón” del
alcalde, y no dice nada. En todos estos puntos los ciudadanos mantienen una
protesta permanente.
Confesión de un orgulloso depredador
El debate del PJ llega a su clímax cuando Peñalosa, escribe un twitt que muestra la catadura del talador:
Enrique Peñalosa Cuenta verificada @EnriquePenalosa 30 ene.MásPara ampliar Autopista de Bogotá hacia afuera se cortaron 3191 árboles. Nadie dijo nada. Pero cuando cortamos 6 árboles para hacer mini cancha de fútbol y juegos infantiles para jóvenes y niños, gran escándalo: el poder de pocos que no quieren a otros en un parque que no se usaba.
Queda
claro que el alcalde de Bogotá:
- Ha talado miles de árboles por toda la ciudad.
- Lo ha hecho sin importarle la opinión de la comunidad.
- Cree que puede hacerlo y nadie se debe dar cuenta, ni refutarlo.
- No le interesa otra forma de transporte público diferente al bus; desprecia la vía férrea que sería ideal para la Sabana, los rieles ya tienen su espacio. (El twitt tiene 2.500 comentarios en su mayoría repudiando la actitud de Peñalosa).
Talando en emergencia ambiental
En
medio de la tala indiscriminada y masiva, Peñalosa se hace el sordo con el caso
del Bosque Bavaria, pulmón del suroeste que el alcalde esta acabando para hacer
lo que más le gusta: negocios, utilizando su investidura de alcalde. Son 25.000
árboles que pretenden talar por lotes, a “escondidas” porque la comunidad se ha
levantado para evitar ese arboricidio.
PD: El
descontento ciudadano con la administración Peñalosa, además de lo relativo al
medioambiente incluye otros asuntos vitales para el bienestar de sus
habitantes. Lo que no es negocio no le interesa al alcalde, por eso las
necesidades de los menos favorecidos no son su prioridad. Sobresale la denuncia
hecha por el columnista de la revista Semana, Daniel Coronell, quien acusa al
alcalde de favorecer a constructores donantes de su campaña, mediante decretos
emitidos por la alcaldía.
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