Realizar un perfil político de las personas, de lo que hacen en su actuación en la red, las interacciones con otros, de los temas sobre los que interactúan, de lo que comparten, y en general sobre su influencia y opinión, puede ser utilizado con fines meramente políticos legales o ilegales, como por ejemplo sembrar contra esa persona falsas noticias que generen duda, rechazo u odio incluso entre su entorno cercano, y que afecten su capacidad de mantener sus ideas en movimiento para atender las contradicciones y problemas que le siembran en lo inmediato de su entorno, en las disputas legales necesarias para hacer respetar su buen nombre, en el empleo de sus recursos y tiempo en asuntos legales; o en el peor de los casos, determinar sus rutinas, lugares frecuentados, lugares en los cuales ofrece vulnerabilidad, para atentar contra su integridad o su vida o la de su familia.
Por Carlos Ernesto Castañeda R.
Abogado Laboralista, expresidente de la CUT Bogotá Cundinamarca
En general, cualquier persona conectada a internet y a las redes sociales
comprende que en el mundo virtual del internet actualmente las empresas se
disputan a los consumidores de sus productos. Lo que no es tan claro para mucha
gente en la vida virtual como un segundo nivel de disputa, y en especial de
quienes están en las redes sociales, es que ocultas tras ellas están las
propias poderosas empresas que administran estos medios de comunicación,
intercomunicación e interacción, las cuales tienen el poder de hacer, sin que
podamos controlarlo, que un mensaje negativo sobre algo o alguien, maximice su
alcance; que un mensaje positivo o una crítica justa del poder se minimice y en
general que un mensaje constructor o destructor llegue a las personas de
acuerdo a sus creencias y gustos. Por desgracia, el internet y las empresas más
grandes que lo gobiernan, buscan mantenerse en el poder económico, y para ello
apoyan a quienes respaldan sus intereses, que en general no son los de las
mayorías, sino los de los dueños de las más grandes empresas globales y sus
tentáculos en todo el mundo.
Según El País de España, al
discernir sobre poder mundial “69 de las 100 principales entidades económicas
del mundo son empresas y solo 31 países.[1]”,
lo que permite dimensionar el asunto. Además, el mismo artículo señala que “Son
los datos, y no el petróleo, el recurso más valioso”, e igualmente al destacar
las cinco principales empresas de tecnología (Google, Facebook, Amazon,
Microsoft y Apple), compara, por ejemplo, a Microsoft con la República de
Portugal por las cifras de sus negocios, con valores de €80.250.404.864 la
primera, frente a €89.940.000.000 el segundo, lo cual quiere decir que una sola
empresa del sector mueve casi tanto capital como un país de estas
características. Cuando hace referencia a Colombia, este estudio señala que su
presupuesto de ingresos de €68.942.446.592 es menor que el grupo financiero
Santander con €72.806.416.384.
Sólo por poner una muestra sencilla sobre la influencia consumista de las
empresas de servicios de tecnología, que se puede comprobar, si es que no lo ha
notado ya antes, (o si lo prefiere inténtelo en este instante) haga una
búsqueda de un sitio para viajar que le guste o necesite en su teléfono móvil,
luego continúe leyendo estas estas líneas y, en un rato, cuando navegue en
internet encontrará tanto en las redes sociales como en varias páginas WEB por
las que navegue, que insertan una publicidad relacionada con su sondeo
anterior, lo que hacen gracias a matrices de búsqueda, que detectan la
dirección de red de su equipo de navegación y lo que ha investigado.
Detrás de alguien, con una idea que genera influencia a través del
internet, siempre hay quien piensa lo contrario a ese punto de vista con influencia
en internet o sin ella, y siempre hay la idea rondando de cómo lograr que esa
persona no ejerza esa influencia. Si se es dueño de las grandes empresas de
internet, es fácil controlar qué se ve masivamente y qué sólo ve un reducido
grupo de personas.
Ahora, reemplacemos la necesidad primaria y consideremos que le preguntan
qué libros le gustan, con qué opinión o línea política simpatiza, qué religión
profesa, y en general arman un perfil que puede ser agrupado junto al de otras
millones de personas por sus afinidades, sus gustos; a lo cual puede sumarse
que con matrices también determinan sobre qué opina, qué le gusta, qué le
entristece, que le causa ira, y que sin dudas es examinado por sofisticadas
computadoras que analizan por ejemplo qué se dice (escrito, hablado, en video o
en imagen en servicios como Whatsapp de propiedad de Facebook); y entonces
realmente tienen un instrumento que sirve para ayudar a impulsar una idea
determinada entre quienes, con la misma, pueden ser movidos por ejemplo para salir
a “votar emberracados” en contra de un proceso para la consolidación de un
acuerdo paz como ocurrió en Colombia, algo absurdo en la historia, que puede
lograrse si a cada quien le infunden el miedo o la ira adecuados por ejemplo.
Nótese que juegan todas las variables. A quienes reprochan el derroche público,
se les mintió señalando que los desmovilizados recibirían enormes cifras de
dinero que ningún trabajador honrado logra ganar con el sudor de su frente.
Varias noticias falsas se lanzaron, y cada una llegaba al público de acuerdo a
sus intereses y sentimientos, con lo cual se logra que sin preguntarse sobre la
veracidad se crea, se recrimine y se disemine entre otros individuos afines que
piensan y hacen lo mismo dentro y fuera de la red.
Durante un “Seminario sobre el poder corporativo” realizado durante la
reunión del Comité Ejecutivo Interamericano de la Federación Sindical
Internacional de Servicios Públicos realizado en Ciudad de Panamá a inicios de
agosto de 2018, expertos de varios países explicaban el alcance del poder de
las empresas dueñas de las principales redes sociales y servicios de navegación
por internet. Un dato importante, sólo en 2018 entre 5 empresas[2]
invirtieron para hacer lobby, es decir persuasión a congresistas para que
avalen políticas en su favor, restrinjan aquellas que les perjudican y atenuar
los controles políticos en el Congreso de los EE. UU., invirtieron una cifra de
64 millones de dólares, lo que convertido a pesos colombianos de este momento[3]
equivalentes a $250.112.640.000, un cuarto de billón de pesos, sólo para hacer
lobby. No se pierda de vista que esas empresas están incursionando en la
transformación de todo tipo de formas de hacer las cosas, electrodomésticos,
vivienda y vehículos inteligentes, robótica, etc.
Ello es lo que ocurre en los EE. UU., y ocurre cuando en el mundo esas
empresas pretenden lograr acuerdos entre países, incluso en un marco de
desregulación para el cual estorba la Organización Mundial del Comercio, que no
se caracteriza por sus escrúpulos en estos temas.
Sin embargo, no es posible gobernar desde Colombia a esas empresas y los
niveles económicos que manejan, y aunque pueden ayudar en situaciones como
generar opinión a favor o en contra en procesos nacionales que definan sus
intereses, no se meten en pequeños detalles domésticos. Entonces, si uno es el
jefe del Gobierno de turno, ¿cómo lograr de alguna manera obtener similares
características beneficiosas de las matrices de la gente?
La respuesta a la interrogante, es emplear el personal suficiente, con
entrenamiento, de preferencia en instalaciones con los equipos necesarios, y
ello lo satisfacen perfectamente por ejemplo un Batallón de Ciberinteligencia
como el BACIB de Facatativá que recientemente realizó labores de seguimiento a
objetivos civiles sin orden de un juez y en condiciones claramente ilegales,
pero que no por ilegales son inútiles.
Realizar un perfil político de las personas, de lo que hacen en su
actuación en la red, las interacciones con otros, de los temas sobre los que
interactúan, de lo que comparten, y en general sobre su influencia y opinión,
puede ser utilizado con fines meramente políticos legales o ilegales, como por
ejemplo sembrar contra esa persona falsas noticias que generen duda, rechazo u
odio incluso entre su entorno cercano, y que afecten su capacidad de mantener
sus ideas en movimiento para atender las contradicciones y problemas que le
siembran en lo inmediato de su entorno, en las disputas legales necesarias para
hacer respetar su buen nombre, en el empleo de sus recursos y tiempo en asuntos
legales; o en el peor de los casos, determinar sus rutinas, lugares
frecuentados, lugares en los cuales ofrece vulnerabilidad, para atentar contra
su integridad o su vida o la de su familia.
Es muy grave y ofrece riesgo, en particular por lo conocido de los
antecedentes de relaciones de mandos militares con grupos ilegales
paramilitares, que sea precisamente a manera de operación militar que se ubique
a personas en archivos y se capture información de estas como un objetivo. ¿Un
objetivo de qué?, ¿de quién?, ¿para qué?, ¿para hostigarle políticamente?,
¿para hacerle un matoneo social infundado, artificioso, pero certero?, o ¿para
lograr que su influencia termine mediante la violencia directa o indirecta
contra esa persona o su familia?
Sin duda el mundo de la información, tanto en la escala global como en la
escala nacional, es un mundo al cual hay que prestarle atención. Si como puede
imaginar un mortal cualquiera como el escritor de esta columna, se determina
que las noticias en las redes sociales, por ejemplo, se mueven por conducto de
1.000 personas principalmente, entonces se puede golpear a algunas y con ello
enviar el perverso mensaje, e infundir miedo como mecanismo de control de vieja
data sobre las demás.
Nota: Un llamado a estar atentos. Por estos días se dice mucho, en que nada
debe nada tiene que esconder. Dicho válido frente a un sistema legítimo, pero
ese no es el caso de Colombia. Nos cargan cuentas de cobro ilegitimas por algo
que no escondemos. En su lógica, debemos cuentas a quien deseaban apropiarse
mezquina e ilegalmente de mayor tajada, cuándo logramos que se distribuya más
equitativamente entre muchos el dinero público; debemos a quien tuvo que
entregar más derechos a sus trabajadores por una negociación que le restó
utilidad a los dueños de empresas, debemos a quienes denunciamos por
corrupción, porque esperaban apropiarse de dineros que ya no tendrán.
Son pocos los beneficiarios que esperaban estar mucho más arriba en la
escala del poder, a quienes les debemos en su lógica corrupta y egoísta por
nuestras acciones, pero son poderosos, ejercen influencia en el Gobierno y sus
instituciones; entonces no debemos nada ni tenemos nada que ocultar a la gente
que actúa legalmente y en procura del bienestar general, pero desgraciadamente
sí nos fustigan por perjudicar a los beneficiarios del acaparamiento financiero
que mata a millones.
[1] Cuando las empresas son más poderosas que los países. Publicado
en el sitio WEB de El País, en https://elpais.com/economia/2017/11/03/actualidad/1509714366_037336.html.
[2] El lobby de Google, Amazon, Facebook, Microsoft y Apple, en
máximos. Publicado en el sitio WEB de Economía Digital, en su portal WEB desde:
https://www.economiadigital.es/tecnologia-y-tendencias/el-lobby-de-google-amazon-facebook-microsoft-y-apple-en-maximos_601997_102.html.
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