“El único delito de Marcelo Torres ha sido derrotar a La Gata en Magangué”. Afirmó la candidata presidencial Claudia López en vibrante debate en el
Senado de la República[1]
Alberto Herrera
Director de La Bagatela
Director de La Bagatela
El abandono del Estado
y la corrupción política azotaban por aquella época y desde tiempo atrás a uno
de los municipios más martirizados de Colombia: Magangué. Localidad víctima de
un tenebroso modelo que hace diez años aún se proyectaba sobre todo el país y
que lo tenía postrado, como el que más, en la mayor crisis política, económica
y social de su historia. El otrora pujante puerto fluvial, que fue el mayor
centro de recolección y transformación de arroz del Caribe, estaba al borde del
colapso y la liquidación como municipio.
Y sucedió lo
inesperado, el 16 de enero de 2007 un grupo de ciudadanos enfrentando el temor
y buscando un cambio, se acercó a Marcelo Torres, quien acudía a Magangué al
sepelio de doña Silvia Benavides, su madre, una mujer sencilla y trabajadora, pidiéndole
al reconocido dirigente de la izquierda, que hiciera lo imposible para detener
el clima de intimidación y zozobra en que vivían la población magangueleña.
Entonces la iniciativa
de rescatar al municipio de las garras de la mafia se echó a rodar. El 4 de
abril de 2007 se realizó en la Cámara de Comercio de la ciudad una reunión de
voceros del PDA, de dirigentes del liberalismo, de sectores conservadores, de
líderes gremiales y comunitarios y algunas ONG. En ese escenario Marcelo hizo
una propuesta que incluía: 1- Conformar una amplia coalición de fuerzas que
persiga un cambio de fondo en la vida del municipio. 2- La escogencia de un
candidato que unifique y movilice el mayor respaldo de la población. 3-
Imprimirle un estilo civilista y democrático a la campaña, que persuada a la
población en favor de un cambio. 4- El establecimiento de un nuevo gobierno
progresista, que combata la corrupción con una orientación social del gasto
público. 5- Defender los bienes y el patrimonio públicos y ponerlos al servicio
de la población y 6- Reivindicar la histórica condición portuaria y comercial
del municipio.
El 1 de mayo en medio
de la celebración de día del trabajo, el sindicalismo del municipio, los
integrantes del Polo, secundados por otros sectores de la política del
municipio, proclamaron la candidatura de Marcelo Torres. La campaña arrancó el
7 de julio con una gran expectativa. Las complejas condiciones que padecía
Magangué en todo orden, hicieron que las elecciones de alcalde se constituyeran
en un modelo contra los modelos de intimidación y por la implantación de un modelo
democrático para Colombia.
La opinión nacional inmediatamente
tomó nota de esta “osadía” y la campaña se convirtió en un emblema nacional.
Los medios resaltaron la importancia de la candidatura de Marcelo, (ver
entrevista de El Tiempo adjunta), las
colonias magangueleñas de toda la costa Caribe conformaron comités de apoyo a
esta candidatura y el mundo político tomó nota de esta acción. El punto de
mayor efervescencia de la campaña se presentó en la tarde del 7 de septiembre
cuando se realizó una de las más concurridas concentraciones en la historia
política de Magangué. Fue un acto emocionante que contó con la presencia del
senador Gustavo Petro por primera vez en la plaza pública de Magangué y quien
expresó su complacencia de estar allí: “no lo pude hacer en la campaña al
Senado, pero el tiempo del miedo ya pasó y aquí estoy”. “Vengo a Magangué a
demostrar que es posible un país sin Farc, sin paras y sin mafia, que es
posible una Colombia democrática”, palabras que tuvieron una respuesta de parte
de Marcelo, en medio de la euforia y la esperanza de los miles de asistentes a
la plaza: “esta concentración no solo demuestra que el pueblo esta perdiendo el
temor, sino que se puede forjar una gran corriente política de ciudadanos de
Magangué, sin comprar conciencias, sin entregar abanicos y sin comprar votos,
vamos a salir del estado de abatimiento” y remató: ¡Magangué se ha puesto de
pie!
Para completar esta
narración de la campaña que marcó un hito en los debates electorales de la
época, hay que recordar la carta del 26 de septiembre dirigida por Marcelo
Torres a Carlos Holguín Sardi, ministro del Interior del segundo gobierno de
Uribe, exigiendo protección a su vida con la ampliación de su esquema de
seguridad y garantías para el debate porque “esta población padece un régimen
que puede considerarse una mezcla infernal de corrupción administrativa
rampante, intimidación de los ciudadanos, la más escandalosa impunidad y una
practica electoral basada en la compra de votos y el fraude”.
Aunque Marcelo no ganó
la alcaldía, el balance hecho por La Bagatela aclaró: “puede afirmarse sin
temor a exageración que gracias a la campaña electoral en cabeza de Marcelo
Torres, como nunca antes se realizó un debate público de tal amplitud y
repercusión entre sus habitantes que se hizo posible una mayor claridad y
profundización sobre la naturaleza del grupo que controlaba la administración
municipal”, y añade, “la campaña contribuyó de modo sustancial a atraer la
atención del país y de los medios de comunicación sobre las elecciones en
Magangué. Aunque el triunfador, Anuar Arana, fue inhabilitado y suspendido, es
claro que sin las circunstancias que rodearon la campaña, “es muy dudoso que
hubiera logrado elegirse”.
Fue hasta el debate de
octubre de 2011 en el tercer intento que Marcelo Torres alcanzó la alcaldía de
Magangué. En las elecciones atípicas, apresuradas y amañadas del 2009 las
fuerzas oscuras y mafiosas se alzaron con el triunfo. A la población del
municipio de la margen izquierda, que ya se había puesto de pie, le tocó
padecer dos años más de corrupción e intimidación y aguantar hasta que la
crisis tocara fondo para elegir en octubre de 2011 a Marcelo Torres como su
alcalde. En hora buena los demócratas unidos lograron encausar a Magangué en el
camino del progreso, el bienestar social y la seguridad ciudadana.
Los logros de la
administración del 2012-2015 han sido detallados en varias entregas de La
Bagatela y son referenciados en un artículo de este número. Marcelo fue hostigado
durante todo el tiempo que estuvo al frente del municipio, fue víctima de
asonadas, amenazas, panfletos, invasiones y hoy esta detenido injustamente gracias
a la persecución jurídica y política adelantada por el clan de La Gata que
jamás le perdonará el haberles dado golpe certero en el centro de sus
actividades ilícitas: Magangué.
A estas alturas,
cuando el país se enfrenta a definir el futuro de la convivencia entre los
colombianos, favorablemente afectada por la firma de los acuerdos de La Habana,
la defensa del exalcalde solo exige que su caso se adelante con plenas
garantías, por lo que se hace necesario el traslado del proceso a Bogotá por
parte de la Fiscalía General de la Nación.
[1] Revista Semana, “A gritos se enfrentaron el fiscal
Martínez y Claudia López” 10/4/2017.
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