El movimiento sindical se empleó a fondo en su respaldo a la campaña Colombia Humana de Gustavo Petro.
Renovación Sindical
Como ejemplo de que el movimiento sindical mayoritariamente
ha tomado posición frente al nuevo gobierno, podemos invocar la declaración de
la subdirectiva CUT en Bogotá y Cundinamarca del pasado 20 de julio que dice: “El
hecho de que el presidente electo, Iván Duque, ordenara frenar la
reglamentación de la Justicia Especial para la Paz, JEP, que pone en riesgo el
proceso y designara como jefe del empalme al exministro de Hacienda uribista,
Alberto Carrasquilla, partidario de reducir el valor del salario mínimo,
eliminar del todo los parafiscales y privatizar el Sena y las cajas de
compensación, nos da una clara señal que el modelo neoliberal y extractivista
dominante en Colombia, se mantendrá y profundizará en los cuatro años de este
gobierno. Por eso la perspectiva del sindicalismo y los trabajadores deberá
poner al orden del día la movilización y el fortalecimiento organizativo para
oponernos como fuerza social al gobierno de Iván Duque.”
En carta al candidato Duque del pasado 11 de junio le
explicamos cómo la absoluta mayoría del sindicalismo colombiano no estuvo
apoyando su nombre. Nadie en la organización sindical más grande y
representativa, Fecode, un solo ejecutivo de la CUT a nivel nacional de 21
miembros, ninguno de los 15 miembros de la Subdirectiva CUT Bogotá
Cundinamarca, ni un solo directivo de la ADE, sindicato con 28.000 afiliados,
el más numerosos del país, el histórico sindicato de la USO por unanimidad
apoyó la candidatura de la Colombia Humana, los sindicatos del sector salud
como Sindess y Anthoc, la inmensa mayoría de sindicatos del sector estatal con
sus federaciones más representativas Fenaltrase (CUT), Utradec, (CGT), Fecotraservipúblicos
(CTC), Sunet y los sindicatos de organismos de control, los sindicatos de
industria del sector financiero como Aceb y Uneb, decenas de sindicatos del
sector privado en la industria, el comercio y los servicios, Ugti el sindicato
de trabajadores informales y vendedores ambulantes más grande del país, y
decenas de sindicatos de este sector tampoco apoyaron al candidato Duque. Esta
enumeración y el hecho de que el Comité Ejecutivo de la CUT Bogotá Cundinamarca,
la expresión sindical regional con mayor afiliación, haya decidido por
unanimidad tomar la decisión de convertirse en oposición al entrante gobierno,
verifica sin lugar a dudas, las mayorías sindicales.
¿Ahora, por qué oposición? Primero porque entendemos la
política y conocemos de historia reciente. Iván Duque es el representante del
Centro Democrático, apoyado por los partidos Conservador, Cambio Radical,
Liberal, Mira y la mayoría de la U, todos arropados bajo la figura y poder de
Álvaro Uribe Vélez, quienes, en los gobiernos anteriores incluido el de Santos,
gobernaron y legislaron en favor de los grupos financieros, de los grandes
monopolios nacionales y extranjeros, de los terratenientes y en contra de los
trabajadores y la población.
Veamos: más de 5 reformas tributarias cuyo sentido fue
rebajar las cargas tributarias a los grandes empresarios y detentadores del
poder económico y subirlas a los trabajadores a través de impuestos indirectos como
el IVA, el 4 por mil u otras formas como la valorización, las multas, los
peajes, o castigando los salarios de empleados medios incorporándoles cada vez
más empleados al pago de impuestos al salario. Otras tantas reformas laborales
para desaparecer los intereses a las cesantías, el pago de horas extras de 6 a
10 de la noche, la mayor bonificación de dominicales y festivos, las primas técnicas,
la estabilidad laboral y las garantías sindicales. La Ley 100 o reforma a la
salud para convertirla en un negocio y quitar el derecho, enriquecer a los
intermediarios financieros, fomentar la corrupción y el enriquecimiento
ilícito, dejando a la población e expensas del mal servicio y del llamado paseo
de la muerte. O las reformas pensionales que casi acaban con el sistema de
prima media, alargando la edad para acceder al derecho y aumentado las semanas
de cotización, todo en favor del capital financiero que usufructúa el ahorro de
millones de trabajadores en especulaciones financieras y grandes contratos.
Estas reformas y políticas que hereda el presidente electo
se reflejan en su vago programa laboral en el que atina a cuestiones generales
sobre simplificación de impuestos, creación de empleo, racionalización del
gasto público, mantenimiento del modelo actual de salud y un sistema pensional
que priorice a la población vulnerable, pero su primer movimiento fue nombrar
como su jefe de empalme a Alberto Carrasquilla, exministro de Hacienda de
Uribe, ideólogo neoliberal, privatizador y partidario como el que más de
eliminar o rebajar el salario mínimo, lo que traería consecuencias fatales
sobre el ingreso de todos los trabajadores, la salud, el derecho a una pensión
y en general sobre la calidad de vida de los 22 millones de trabajadores
colombianos.
Los dirigentes sindicales que apoyaron a la Colombia Humana
de Gustavo Petro con su consigna de "Vamos a partir las aguas y liberar de
la esclavitud", refiriéndose a los trabajadores, los que creemos en que el
trabajo es la fuente originaria de la riqueza humana y que no nos gusta un país
que ostenta una de las mayores desigualdades del mundo, nos volveremos, a través
de la movilización y la denuncia, opositores a cualquier injustica contra el
pueblo y nos organizaremos, para que con el avance que nos dio esta campaña por
la presidencia, sigamos el glorioso camino que hoy emprende la nación mexicana.
Bogotá, 20 de julio de 2018
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