Ejecutivo CUT Bogotá Cundinamarca. Militante del PTC
…el Mundo no siente el tropel de
las hordas de Alarico,
marchando redivivas en las montañas
latinas,
ni ve el rumbo de las naves de
los piratas del Norte, que navegan
fijos sus
ojos en las estrellas del Sur.
Washington, apuñalea a Bolívar por
la espalda; y roba sus tesoros;
los yanquis, se entregan al reparto
y, al
despojo de la América Latina, y, el
mundo
ignora este reparto hecho por los
piratas de
Cartago, creyendo en la derrota de
Roma; …
…el yanki, ha escogido bien la
hora...
esta hora trágica y, crepuscular,
en que
nadie puede ir en ayuda de los
pueblos que
devora; …
José María Vargas Vila “Ante los Barbaros” 1.903
Los Estados Unidos
de Norteamérica han realizado 27 intervenciones militares directas y guerras en
América Latina y el Caribe y 29 en el resto del mundo, incluida su
participación en las dos guerras mundiales del siglo pasado. La estadística está
basada en el informe RL30172 del Servicio de Investigación del Congreso de
Estados Unidos sobre Relaciones Internacionales entre los años 1798-2004. También
se registra en este informe 262 despliegues militares, con estacionamientos de
tropas, barcos o sobrevuelo de aviones o intervenciones relámpago. El principal
motivo de estas intervenciones es la defensa de los intereses económicos de
Norteamérica y la defensa del mundo democrático. Se calcula que los EE.UU. ha
causado entre 20 y 30 millones de muertes en estos conflictos. Y a costos
astronómicos que superan los 10 billones de dólares.
El portal Sputnik
Mundo registra alrededor de 50 casos de injerencia directa de los EE.UU. en los
procesos electorales de países en el mundo luego de la Segunda Guerra Mundial,
incluido la planeación, preparación y ejecución de golpes de Estado, estas
acciones fueron ejecutadas por la CIA y los Departamentos de Defensa y de Estado.
En América Latina ha planeado y ejecutado siete golpes de Estado en Guatemala,
Honduras, Haití, Chile, Brasil, Argentina y Venezuela.
Basta tan solo
ilustrar resumidamente dos casos emblemáticos para dimensionar la magnitud de
estas intervenciones imperiales contra los pueblos del mundo.
Golpe de Estado en Chile, 11 de septiembre de 1973
Tras la elección
de Salvador Allende, líder de la Unidad Popular y socialista, las grandes
empresas norteamericanas nacionalizadas como la ITT, que controlaba las
telecomunicaciones y financiaba al periódico El Mercurio y las empresas del cobre Anaconda y Kennecott, se unen
a Henry Kissinger Secretario de Estado y al propio presidente Nixon, y estos
ordenan a la CIA planear y ejecutar un golpe de Estado militar a Allende, para
ello involucran a Augusto Pinochet, comandante del Ejército, al director de El Mercurio, Agustín Edwards Eastman, a
partidos de derecha y grandes empresarios del comercio y el transporte, El plan
incluía crisis económica, escasez de productos, superinflación, bloqueo
comercial y financiero, movilizaciones políticas y de protesta violentas contra
el gobierno (Patria y Libertad), una intensa labor de propaganda a través de
los principales medios de comunicación que señalaran a Allende como dictador y
transgresor de la democracia, asesinatos políticos y muertos en las calles y,
finalmente, una acción violenta de la armada, el ejército, la fuerza aérea y
los carabineros de Chile, respaldados por una operación de siete barcos
militares en la operación Unitas XIV, en el golfo de Valparaíso.
Peter Kornbluh quien
luchó para desclasificar 20.000 archivos secretos que revelan la intervención
de la CIA y quien escribió el libro El
archivo Pinochet: un expediente desclasificado sobre las atrocidades y las
responsabilidades, señala: En 1970, el subdirector de planes de la CIA
escribió en un memorando secreto: “Es política firme y continua que Allende sea
derrocado mediante un golpe. Es imperativo que estas acciones se implementen de
manera clandestina y segura para que el gobierno de EE.UU. y la mano
estadounidense estén bien escondidos”. Ese mismo año el presidente Nixon ordenó
a la CIA “hacer que la economía grite” en Chile para “evitar que Allende llegue
al poder o para derribarlo”.
El golpe que
instauro una dictadura militar de 26 años suprimió la democracia, los partidos
políticos, la libertad de prensa y los libros y en lo económico la liberalidad
absoluta, las inmensas ganancias de los grandes empresarios, la pobreza, la
desigualdad y la privatización de todo el aparato productivo y según cifras
oficiales, en Chile fueron asesinadas más de 3.000 personas, 1.200 aún están
desaparecidas y más de 30.000 fueron torturadas.
Guerra contra Irak, 20 de marzo de 2003
Hoy es innegable
que la Guerra de Irak se basó en mentiras, basadas en informes falsos
preparados por la CIA de que Irak estaba fabricando
armas de
destrucción masiva. Las autoridades gringas bajo la dirección del presidente
George W. Bush y de su secretario de Estado, Colin Powell, bombardearon Bagdad
e invadieron con miles de tropas al país árabe, depusieron a Saddan Hussein e
instauraron un gobierno provisional títere. Powell presentó ante las Naciones
Unidas imágenes falsas elaboradas por la CIA, donde se pretendía hacer creer
que las armas de destrucción masiva se elaboraban en camiones circulando por
las carreteras iraquís. El revelador documental de Michael Moore Fahrenheit
9/11 y cerca de 25 películas de Hollywood se han encargado de revelarle al
mundo sobre esta gran mentira, convertida hoy en una tragedia humanitaria
desoladora.
Se cree que un millón
de iraquíes han muerto (en gran porcentaje niños y ancianos) como producto de
esta acción violenta ejecutada por el país más poderoso del mundo; su economía
e infraestructura semidestruida; la población en la más tenebrosa pobreza,
carestía y desesperanza; el Medio Oriente convertido en un caos, gigantescas
ganancias para los comerciantes de petróleo y miles de miles de millones a las
arcas de los empresarios y países productores de armas y municiones.
El plan del gobierno de EE.UU. contra la soberanía de
Venezuela conjuga estos dos modelos
Desde la misma
elección de Hugo Chávez como presidente de Venezuela en 1998, los aparatos
gringos de agresión en defensa del modelo imperial yanqui empezaron a idear el
plan para la retoma de Venezuela por los partidos adeptos y abyectos como los
que representaron a las oligarquías en la Acción Democrática (AD) y el Copei.
Sus cálculos fallaron porque no tuvieron en cuenta el tremendo arraigo popular
de la revolución bolivariana que encabezaba Chávez.
En abril del 2002,
Fedecamaras, la representante de todos los gremios empresariales de Venezuela,
instigó un paro empresarial y el día 11 una pseudo protesta. Contando con la
complicidad de algunos jefes militares y de los medios de comunicación masivos
lograron, por tres días, deponer al presidente legítimo y poner en su lugar,
como presidente transitorio, al jefe de Fedecamaras, Pedro Carmona. Las grandes
movilizaciones populares y la base militar leal instauraron de nuevo el
gobierno popular de Chávez.
Once elecciones
más, después de este episodio, que le otorgaron triunfos indiscutibles a la
revolución bolivariana han comprobado el tremendo respaldo popular con que
contó Hugo Chávez. El 5 de marzo de 2013, muere Hugo Chávez de un sarcoma. El
excanciller y vicepresidente, Nicolás Maduro, asume el poder y enfrenta dos
claras elecciones, en abril 2013, con un margen estrecho, le gana al candidato
de la Mesa de Unidad Democrática, Henrique Capriles, y en mayo de 2018, con un
amplio margen pero con alta abstención, triunfa sobre los candidatos de
oposición. Estas elecciones fueron negadas por la oposición y esta postura fue
acogida de inmediato por los EE.UU., sus aliados europeos y los países bajo su
égida.
El fallido golpe
de Estado y los resultados electorales, en especial los de Hugo Chávez,
obligaron a los EE.UU. a diseñar un plan a largo plazo que incluyó la caída
drástica del precio del petróleo, principal ingreso de Venezuela, acusaciones
de corrupción y narcotráfico, compra y cooptación de funcionarios débiles,
crisis de abastecimiento mediante el acaparamiento de productos de primera
necesidad y medicamentos, que conducen a la superinflación, guerra mediática a
niveles sin precedentes, instigación de protestas con usos de la violencia como
las llamadas guarimbas, cierre de las fuentes financieras, declaración de
"amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política
exterior estadounidenses", instigación de desplazamiento masivos de la
población en crisis económica, calificación de dictadores a los gobiernos de Chávez
y Maduro, confiscación de los recursos petroleros, bloqueo de importaciones y
exportaciones, sanciones económicas, rompimiento de relaciones diplomáticas y
expulsión de funcionarios, y finalmente la maniobra preparada: la
autoproclamación de un presidente provisional y la “ayuda humanitaria”.
Guaidó y la “ayuda humanitaria”
Creada la crisis
económica y sus nefastas consecuencias para la población venezolana, vociferada
a lo largo y lo ancho del mundo a través de los medios de comunicación masivo
con dosis diaria e intensiva, propagada la gran mentira sobre Nicolás Maduro de
que es un dictador y que en Venezuela no existe la democracia, reconocido el
espurio presidente provisional por los Estados Unidos, la OEA y los principales
aliados de Estados Unidos en América y Europa, ampliado el cerco económico y
político contra la revolución bolivariana, están creando las condiciones
necesaria para justificar una invasión armada a Venezuela para deponer el
gobierno de Maduro, liquidar los partidos que lo sustentan, desaparecer la dirigencia
chavista, someter a las fuerzas armadas leales a la Constitución y al gobierno
legítimo, reprimir y asesinar los seguidores de la revolución bolivariana e
instaurar un gobierno de facto.
El llamado
concierto por Venezuela Aid Live del 22 de febrero en la ciudad colombiana de
Cúcuta y la introducción de paquetes de ayuda humanitaria preparados por la CIA
del sobrante alimenticio el 23 de febrero, son la antesala que los Estados
Unidos y el llamado grupo de Lima, que se reunirán en Bogotá el 24 de febrero
para "encarar la trágica situación humanitaria y la crisis de seguridad en
Venezuela y los esfuerzos en marcha por parte de EE.UU. para entregar ayuda al
país" estaban esperando para tomar la decisión anunciada y esperada de la
invasión militar. Chile e Irak juntos. Muerte, destrucción y miseria.
Bolsonaro y Duque
eran las piezas que faltaban en el engranaje que Trump, la tropilla de halcones
de Washington y la CIA estaban montando contra la soberanía de Venezuela, lo
demás es el decorado, estos países son la retaguardia para la invasión armada
de los Estados Unidos.
Los demócratas y
progresistas del mundo debemos unirnos contra esta amenaza a la paz mundial en
una región que necesita es paz y progreso, esta vorágine arrastrará a toda
América Latina al desconcierto y la confrontación armada, debemos levantar
nuestra voz para impedir esta catástrofe violenta, seguir el llamado y el
ejemplo de Bernie Sanders, candidato demócrata a la presidencia de los EEUU y
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México de rechazar tajantemente la
intervención armada estadounidense.
En Colombia
particularmente esta invasión nos arrastraría al recrudecimiento de la
violencia y a la guerra fratricida contra el hermano pueblo venezolano, a más
pobreza y desigualdad, a profundizar el modelo neoliberal y proterrateniete al
mando, a cerrar los espacios democráticos y consolidar el autoritarismo. Duque
debería reflexionar junto con Pence y el grupo de Lima y saber que tanto
Maduro, como las fuerzas armadas bolivarianas y el pueblo venezolano no van a
permitir que invadan su territorio, rompan su soberanía e instauren un gobierno
de facto, sin presentar una oposición férrea y combativa de resistencia
prolongada. La revolución bolivariana ha consignado avances democráticos y
dignidad social con un fuerte arraigo en la población.
En nuestra patria
con altos índices de pobreza y desigualdad, en la que a diario asesinan a un
dirigente social y mueren niños de desnutrición, no necesitamos embarcarnos en
esta aventura armada que no traerá sino dolor y desesperanza. Con todas
nuestras fuerzas y acciones debemos oponernos a los mandatos del imperialismo
yanqui, “he ahí el enemigo”.
Bogotá, 22 de
febrero de 2019.
4 comentarios
Write comentariosMuy buen artículo.
ReplyEstá muy bueno el artículo Miguel. Muy diferente a lo que Cepeda y otros expusieron en carta a Duque y rueda de prensa sumandose a mas exicencias dd Trump. Tu posición es la correcta
ReplyRespondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.
ReplyMateo 24:4-8
Muy buen repaso de las injerencias, actos de piratería y ocupaciones militares gringas. Réplica imbatible a la falacia que justifica la intervención imperial con el eufemismo de la crisis humanitaria y la salvación de la democracia. Buen trabajo
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