Al paro y a las marchas cada vez se suman nuevas fuerzas y sectores. La convocatoria se inició con las centrales obreras, la coordinadora de organizaciones sociales, las organizaciones universitarias, los indígenas, la Cumbre Agraria y se han venido sumando, los partidos de la oposición representados en la bancada alternativa, muchos congresistas de los partidos independientes, personalidades del mundo académico, deportivo , periodístico y artístico, el movimiento de Defendamos la Paz, la iglesia Católica, la nueva reina nacional de la belleza, pequeños y medianos productores y comerciantes del campo y la ciudad, entre otros.
Por Fabio Arias
Giraldo
Fiscal de la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT) / @fabioariascut / Tomado de www.las2orillas.co
Y ahora en
Colombia nos aprestamos a realizar una fuerte movilización social y política el
próximo 21 de noviembre con la realización de un paro nacional y desbordadas
marchas a todo lo largo y ancho de su territorio.
¿Qué está
pasando? Pues que, con la excepción de Bolivia,
frente a una nueva oleada de medidas típicamente neoliberales, todas
ellas del recetario de FMI, el BID y la OCDE, que tantos estragos ha causado en
la región, las naciones y los pueblos vienen reaccionando, en el entendido que
dichas medidas causarán mayor precariedad, ahondando sus ya gravosas
condiciones económicas, sociales y laborales.
Y esto es lo
que ha determinado la amplia convocatoria y participación anunciada para el
paro del 21 de noviembre en Colombia, a pesar de que el gobierno insista en
sostener contra toda evidencia, que no hay razones para el paro y que lo que se
quiere es crear caos y violencia para desestabilizar el gobierno.
Pues empecemos
diciendo que las razones de esta protesta en Colombia las motiva el hecho de
que el gobierno no tiene respuestas para defender la vida de líderes sociales,
indígenas y desmovilizados de la guerrilla de las Farc. Incumple los acuerdos
de paz, cuando no intenta hacerlos trizas. Y ofrece o anuncia un típico
paquetazo del FMI y la OCDE en el que se incluyen reforma tributaria, laboral y
pensional. Privatizaciones como la venta de ISA, Ecopetrol y Cenit para cuadrar
caja. Los sobrecostos en la tarifa de energía eléctrica para socializar las
pérdidas de la corrupta Electricaribe. Etcétera, etcétera.
Y a pesar de
que sostenga que no hay textos de la reforma laboral y pensional, la ministra
de Trabajo de una parte y de la otra el ministro de Hacienda, se han encargado,
en sendas entrevistas con Yamit Amat
publicadas en el diario de Luis Carlos Sarmiento Angulo, El Tiempo, una el 7 de octubre donde la Dra.
Alicia Arango afirma que se requiere una reforma laboral cuyas bases sean
" contratar (laboralmente) de
muchas maneras y vinculación por horas" y el 21 de octubre el Dr. Alberto
Carrasquilla afirmó hablando de pensiones "La gente se pensionará con lo
que ahorre" es decir, se elimina el régimen solidario de prima media de
Colpensiones. Esto muestra que si hay intenciones de esas reformas y de esas
maneras, que han quedado pendientes para el próximo año, dado que al gobierno
le declararon inexequible la ley de financiamiento y como debe cumplirles a la
plutocracia nacional y extranjera, debe nuevamente presentarla, en medio de un
congreso adverso y en medio de una gran
debilidad dado la estruendosa derrota sufrida en las elecciones territoriales
del pasado 27 de octubre y reflejada en las encuestas, donde se muestra hasta
un 70 % de desfavorabilidad de este gobierno de Iván Duque.
En estos
últimos días de la víspera del paro del 21 de noviembre, el gobierno,
adicionalmente, se ha dedicado a generar un clima de zozobra y terror,
anunciando facultades a los gobiernos territoriales para que puedan declarar
medidas de excepción como ley seca y/o toques de queda y el gobierno nacional
anunciando fiscales especiales para la judicialización de quienes protestan por
imaginables acciones violentas y la militarización del país, en vez de ofrecer
las garantías para la protesta que la constitución y la ley ordenan.
Se trata de
desestimar la protesta
Afortunadamente
cada vez se suman nuevas fuerzas y sectores al paro y a las marchas. Se inició
con las centrales obreras, la Cumbre Agraria, la coordinadora de organizaciones
sociales, las organizaciones universitarias, los indígenas y se han venido
sumando, los partidos de la oposición representados en la bancada alternativa,
muchos congresistas de los partidos independientes, personalidades del mundo
académico, deportivo, periodístico y artístico, el movimiento de Defendamos la
Paz, la nueva reina nacional de la belleza, pequeños y medianos productores y
comerciantes del campo y la ciudad, así como también la Iglesia católica, entre
múltiples personalidades.
Se ha generado
un verdadero ambiente de inconformidad creciente, que con los llamados
reiterados a la movilización pacífica de los convocantes y los múltiples yerros
del gobierno, se consolidará la más
fuerte movilización social de los últimos treinta años en Colombia, expresando
un mensaje cada vez más esperanzador de que otra Colombia es posible.
Y no es por
voluntad del Foro de São Paulo, como lo vende ahora el partido del presidente
Duque, sino por la inconformidad frente a estos gobiernos que no atienden a la
mayoría de la población que se debate entre la precariedad y la desesperanza de
sus jóvenes.
Definitivamente,
le llegó el turno a Colombia.
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