Declaración del Partido del Trabajo de Colombia (PTC)
El golpe
de Estado en Bolivia: la revancha del imperio
El golpe de Estado contra
el Presidente Evo Morales, perpetrado el pasado domingo 10 de noviembre, fue
planeado y organizado meticulosamente por los sectores más radicales de la
oposición boliviana, con la complicidad de la extrema derecha del continente,
encabezada por Donald Trump. La OEA, con el funesto Luis Almagro, le dio el
toque final. De ninguna manera la renuncia forzada del mandatario respondió a
la reacción ante un supuesto fraude electoral, como esos sectores y la inmensa
mayoría de los medios insisten en mostrar.
En las elecciones del
pasado 20 de octubre, Evo Morales y su fórmula vicepresidencial, Álvaro García
Linera, resultaron ganadores incuestionables. Las dudas surgieron en torno a
cuál era el porcentaje por el cual obtuvieron este triunfo, por cuanto si este
era al menos del 10%, no se requeriría de una segunda vuelta. Ante la presión
de la oposición y de sus aliados internacionales, entre ellos el Grupo de Lima,
el Gobierno convocó a la OEA a hacer una auditoría sobre el resultado electoral.
Sin embargo, este trabajo
no se adelantó como correspondía. Durante las tres semanas siguientes a las
elecciones, el candidato derrotado Carlos Meza y Luis Fernando Camacho, presidente
del Comité Cívico Pro Santa Cruz, un personaje de oscuro pasado y presente, incentivaron
todo tipo de desórdenes y promovieron el incendio de tres de los siete colegios
electorales en donde estaban consignados los votos y las actas. Pese a su
insistencia en el fraude, nunca presentaron las pruebas e incluso se negaron a
aceptar la auditoría de la OEA.
En medio del caos generado,
este organismo adelantó la entrega de su auditoría, presentó un informe
preliminar basado en el examen de apenas el 10% de la votación, en el que
menciona 12 irregularidades y hace seis observaciones. Concluye que no es
posible dar certeza de los resultados del Sistema de Transmisión de Resultados
Preliminares. Habla de proyecciones y probabilidades estadísticas, pero no de
datos concretos. Pero la noticia menciona la palabra fraude.
De esta manera, se
configuró el pretexto que necesitaban para adelantar el golpe. Almagro
recomendó la anulación de los comicios del 20 de octubre y la convocatoria de
nuevas elecciones. Evo Morales acogió ambos puntos y convocó al diálogo, pero
el Ejército y la Policía configuraron el típico golpe de Estado al pedirle la
renuncia. De ahí en adelante viene la detención de los miembros del Tribunal
Supremo Electoral y las amenazas y ataques directos a la vida y la vivienda de
miembros del gobierno, incluido el Presidente Evo, cuya vida en estos momentos
corre peligro.
Sin embargo, hoy está
claro que la decisión de impedir el triunfo de Evo y de García Linera ya estaba
tomada desde tiempo atrás, como denunciaron hace unas semanas las autoridades
de Bolivia. La intervención de la embajada de Estados Unidos en La Paz fue
crucial en todo este proceso. En 16 audios dados a conocer por el Presidente de
Bolivia, se registran conversaciones entre varios miembros de la oposición y
tres senadores de Estados Unidos, los conocidos Marco Rubio, Bob Menéndez y Ted
Cruz. En el primero de estos audios, se hace un llamado a quemar estructuras
del partido de gobierno, a alegar fraude y a no reconocer la victoria de Evo,
en caso de que se diera. Se habla de una financiación de medio millón de
dólares. En las conversaciones se menciona la participación en el plan de
miembros del gobierno de Bolsonaro y de la Iglesia Evangélica, y se expresa
también que están trabajando en Colombia “con la gente del Presidente Duque y
el secretario privado de Álvaro Uribe” (www.elperiodicocr.com).
¿Por qué derrocar al
gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia? Mencionemos algunas razones. En
el contexto de los gobiernos alternativos de América Latina, el gobierno de Evo
y Álvaro García fue quizás el más exitoso, no solo en cuanto a resultados
económicos, reconocidos incluso, a regañadientes, por las entidades
internacionales, sino en términos de inversión pública y social. En el curso de
los últimos 14 años, el primer presidente indígena y campesino del continente adelantó
una transformación social sin precedentes, en un país sin trayectoria de
políticas sociales. Con esta experiencia se mostró cómo es posible desarrollar
políticas exitosas, en contravía del modelo predominante en el mundo. Pero
además, un gran logro fue la dignificación de los indígenas y su control del
Estado. La huypala, arrancada ayer del Palacio Quemado por el golpista Camacho
para reemplazarla por la Biblia, era el símbolo de este logro.
Bolivia es un país muy
rico en recursos naturales, históricamente explotados a sus anchas por las
multinacionales. Una de las primeras decisiones de Evo Morales fue revertir las
ganancias por la explotación de estos recursos, de manera que estos quedaron en
manos del Estado y del pueblo. Bolivia tiene el salar más grande del mundo, el
de Uyuni, de donde se extrae litio, componente fundamental de las baterías y de
los automóviles eléctricos. Adicionalmente, el gobierno resolvió emprender su
industrialización, conjuntamente con una empresa alemana y una china.
En un mundo muy
polarizado, la reconquista de la región emprendida por la Casa Blanca ha
recibido varios golpes en el transcurso del último año: Triunfo electoral de
gobiernos progresistas en México y Argentina, fracaso en su intento de derrocar
al gobierno de Venezuela, excarcelación de Lula en Brasil, movilizaciones
contra las políticas neoliberales en Ecuador, Chile y Haití. El golpe de Estado
en Bolivia es precisamente una respuesta a esos avances. Pero, como señaló
García Linera invocando a Tupac Katari: “Volveremos y seremos millones”.
Partido del Trabajo de
Colombia - PTC
Comité Ejecutivo Central
Yezid García Abello -
Secretario General (e)
Bogotá D.C., 11 de
noviembre de 2019.
2 comentarios
Write comentariosTratándose de obtener el dominio político todo lo que hagan las ejemomias de ultra la que sea ya sabemos con antelación cual ha de ser el manejo, en mí modesto concepto debería entrar el diablo y llevárselos a todos. Buen viento y buena mar a ños románticos y honorables sí es que todavía los hay.
ReplyCada pueblo tiene el gobierno que se merece. Por más argucias que hubiesen esgrimido los opositores, si el pueblo se empeñara en defender su destino, con claridad y conciencia, no ocurrirían estás desgracias, pero, pueblo indolente, indiferente y muchas veces desinformado...¡Qué se puede esperar! Les fue bien porque Evo prefirió la vía pacífica. Y esto pasará hasta qué entendamos que el poder somos nosotros todos bajo una misma convicción.
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