Bogotá,Cali,Medellín, Popayán y 250 ciudades más marcharon ese 21 de noviembre de 2019.
Carlos
Raúl Moreno P.
Miembro
del Comité Ejecutivo del PTC / Directivo
Nacional de Aceb
A pesar
de la debilidad relativa del movimiento sindical colombiano, producto de la
arremetida de medidas neoliberales contra su existencia, como es la
privatización de empresas clave de la economía nacional, el cierre de factorías
industriales estratégicas debido a la apertura económica y la llamada
flexibilización laboral que produjeron pérdida de derechos y desaparición de la
estabilidad en el trabajo, más la violencia de todo género desatada contra el
sindicalismo que asesinaron alrededor de 3.000 efectivos, que lo
tienen en una situación de correlación de fuerzas muy desfavorable al solo
tener el 5% de trabajadores formalizados afilados a los sindicatos, el papel
que ha jugado en la convocatoria, organización y desarrollo del paro nacional
del 21N ha sido trascendental, sin que se entienda que ha sido único, veamos:
En la
Junta Nacional de la CUT realizada el 3 de octubre de 2019 se aprobó hacer un
llamado a las otras centrales obreras, a las organizaciones sociales, al
estudiantado y a la población en general a manifestarse y protestar por la
vida, la paz y el paquetazo de Duque: “Junto al resto del movimiento sindical y
social coordinaremos y promoveremos la realización de un paro nacional que dé
al traste con las intenciones del gobierno de seguir destruyendo la nación, la
paz y quitando elementales derechos a los trabajadores y la población”. (Comunicado
de la LXIV Junta Nacional de la CUT).
El 4 de
octubre a instancias del Comando Nacional Unitario (CUT, CGT, CTC, CPC), con la
participación de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Sociales, COS, la
Cumbre Agraria, Asociación Nacional de Pensionados Ferroviarios, Aconalferros, El
Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, la Unión Nacional de Estudiantes de
Educación Superior, UNESS, la Asociación Colombiana de Representantes
Estudiantiles, ACREES y más de 100 organizaciones sociales, estudiantiles y
sindicales se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Emergencia: “Ante la grave
crisis que atraviesa la Nación producto de las políticas lesivas del gobierno
de Duque, el movimiento social, estudiantil y sindical reunidos aprobamos convocar
a toda el pueblo a respaldar y participar en la gran jornada de movilización de
los estudiantes universitarios el 10 de octubre, seguidamente convocamos a la
gran jornada nacional de protesta el 17 de octubre de todos los sectores
sociales y desembocar en la realización del paro nacional el 21 de noviembre
con el fin de derrotar las intenciones del gobierno de seguir destruyendo al
país, la paz, y los elementales derechos de los trabajadores y el pueblo”. (Declaración)
El primer
acierto del movimiento sindical fue interpretar las principales quejas de los
colombianos, que aún hoy se resumen en la lucha contra los incesantes
asesinatos de líderes sociales, la defensa del proceso de paz y las anunciadas
reformas laboral y pensional hechas por el gobierno, con lo cual pudo convocar
a toda la población a participar en el portentoso paro nacional que se desató a
partir del 21 de noviembre y que se espera, y para eso se trabaja, se reedite con nuevas y creadoras formas de lucha, el próximo 25 de marzo. Tan amplia fue la aceptación de esta convocatoria que
artistas, cantantes, escritores, periodistas, intelectuales, caricaturistas,
hasta reinas de belleza pasando por jerarquías de varias iglesias, voceros de
instituciones estatales de entes de control, partidos y dirigentes políticos
alternativos y de la democracia, ambientalistas, animalistas, negritudes e
indígenas, defensores de la paz, centenares de organizaciones de jóvenes y
mujeres respondieron sí a la convocatoria del paro nacional.
Con el apoyo vital del sindicalismo se realizó en Bogotá,Cali, Medellín y Barranquilla conciertos en respaldo del paro nacional.
De ahí en
adelante el movimiento sindical ha dado muestras de organización y decisión de
movilización, orientando a todos hacia la unidad, apoyando solidariamente a las
demás organizaciones y participantes, haciendo las concesiones necesarias para
no dividir, soportando desenfoques, malquerencias y provocaciones,
privilegiando los asuntos principales, acogiendo las propuestas y participación
de amplios y nuevos sectores, razonando sobre el estado de ánimo de las masas,
acogiendo las tareas que aglutinan, aclarando lo negativo de tácticas
incorrectas que aíslan y desprestigian la causa del paro, rechazando y
revelando la posición del gobierno de dilación en las conversaciones, represión
desembozada y demagogia, en fin haciendo uso de toda su tradición de lucha y
organización para cumplirle al pueblo colombiano en esta inédita y
trascendental epopeya que ha sido el paro nacional.
Con
centenares de asambleas sindicales, encuentros sectoriales, numerosa propaganda
y difusión de los objetivos, el movimiento sindical se aprestaba para la nueva
jornada de paro y movilización. Sin embargo, teniendo en cuenta la nueva
situación de aislamiento social producto de la pandemia del coronavirus, el sindicalismo,
en coordinación con el Comité Nacional de Paro, estimó que la protesta del 25
de marzo debe realizarse desde las casas de todos los trabajadores y la
población con cacerolazos cada dos horas, izada de la bandera nacional con
cinta negra y uso intensivo de las redes sociales con la etiqueta
#ParoNacional25M, al tiempo que debemos exigir, en esta situación de confinamiento,
las garantías de recursos económicos para toda la población afectada.
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