El país debe volcarse a las calles a repudiar con toda su fuerza este nuevo acto de colonialismo, de intromisión y de dominio imperialista en nuestros asuntos por los modernos piratas del Siglo XXI que azotan el mundo plagándolo de catástrofes, guerras y genocidios. Repudio extensivo al actual gobierno vende-patria que entrega la soberanía, y feria y se reparte sus recursos con los enemigos del pueblo, los criollos y los de fuera.
Un rotundo y reiterado rechazo a la presencia y estacionamiento de tropas gringas en territorio colombiano, viene levantándose por doquier, y se une al de parlamentarios, personalidades y todas las fuerzas democráticas del país. Obedece, en gran síntesis, a que el hecho constituye una flagrante violación de nuestra soberanía nacional, con el que se acentúa una más que centenaria dominación norteamericana sobre Colombia, refuerza la misma en nombre de la inútil e impuesta guerra llamada contra las drogas ordenada por Washington, que nos ha costado innumerables víctimas, irrecuperable pérdida de la tranquilidad ciudadana, represión a labriegos pobres e ingente destrucción de nuestros recursos y medio ambiente.
Que,
por si fuera poco, materializa un temerario paso adicional hacia la injusta
guerra de agresión que prepara el Pentágono contra el hermano país venezolano, instigada
por el lunático de la Casa Blanca en campaña electoral, que sólo traería
tristeza, inmenso y absurdo sacrificio de nuestra gente bajo un pabellón
extranjero y devastación de nuestro suelo. Con todo ello, el cumplimiento de
los acuerdos de paz, hoy blanco de abiertos ataques y declarado saboteo del
gobierno, en medio del descarado exterminio de los líderes sociales y de
reincorporados a la vida civil, sería definitivamente barrido.
Esa
indeseable presencia y estacionamiento, ha sido autorizada con engañifas
inadmisibles por la autocrática minoría gobernante. Que mientras impide la
reunión presencial del Congreso colombiano, espía, amenaza y persigue líderes
de la oposición, periodistas, magistrados, defensores de derechos humanos,
dirigentes sindicales, y militares partidarios de la paz, al tiempo permite la presencia
y estacionamiento de efectivos de un ejército extranjero ─integrados por soldados
oficiales y mercenarios─, a todos los cuales el gobierno nacional concede, sin
base legal alguna, inmunidad diplomática.
El
hecho constituye un hito fundamental en el cumplimiento del cometido uribista
de echar por tierra de modo definitivo el Estado de derecho en el país, y completar
de esta manera su proyecto fascistoide. La presencia y permanencia de esas
tropas, notificada al país no por el gobierno sino por la embajada gringa como
a cualquier país vasallo, es inconstitucional e ilegal al desacatar Duque el
mandato constitucional que lo obliga a someter el asunto a la decisión del Congreso.
El
llamado “convenio simplificado” con el cual aprobó el gobierno Uribe en 2009 el
establecimiento de las 7 bases norteamericanas en nuestro territorio, no sólo
fue considerado desde entonces no concordante con el interés nacional por el
Consejo de Estado, sino que la Corte Constitucional en agosto de 2010, lo echó
atrás dejándolo sin vigencia, y ordenó su insustituible trámite por el Congreso,
lo cual nunca se efectuó. Luego, tanto la presencia militar gringa en las bases
como esta nueva y afrentosa presencia militar foránea en suelo colombiano, violan
la Constitución y ambas son igualmente ilegales.
En el
colmo del servilismo progringo, ahora el gobierno pretende revivir al lado del acuerdo
de 1974, relativo a misiones militares, y de otra runfla de convenios
similares, el esperpento del justamente llamado “pacto tenebroso”, firmado en
secreto en 1952 por Laureano Gómez con el gobierno gringo durante su
sanguinaria dictadura en plena guerra civil de Colombia, a través del cual
comprometió el envío de tropas colombianas a Corea a cambio de armamento para
inclinar a su favor la guerra civil con los liberales.
El
país debe volcarse a las calles a repudiar con toda su fuerza este nuevo acto
de colonialismo, de intromisión y de dominio imperialista en nuestros asuntos por
los modernos piratas del Siglo XXI que azotan el mundo plagándolo de
catástrofes, guerras y genocidios. Repudio extensivo al actual gobierno vende-patria
que entrega la soberanía, y feria y se reparte sus recursos con los enemigos
del pueblo, los criollos y los de fuera.
Bogotá D.C., 8 de junio de 2020
Partido
del Trabajo de Colombia - PTC
Comité
Ejecutivo Central
4 comentarios
Write comentariosExcelente contenido, preocupante la situación a qué avecina. Colombia país pujante, rico en agro, tierras fértiles, gentes laboriosas y emprendedoras, no necesita de asesores externos de gobierno. Gracias Yesid, por las lineas escritas.
ReplyExcelente contenido, preocupante la situación a qué avecina. Colombia país pujante, rico en agro, tierras fértiles, gentes laboriosas y emprendedoras, no necesita de asesores externos de gobierno. Gracias Yesid, por las lineas escritas.
ReplyAsí estamos de mal que un país en el caos por la descomposición social se asesor nuestro. A esos saqueadores los queremos fuera de nuestro territorio. Exigimos el respeto de nuestra soberanía.
ReplyQue bien está noticia. Y en mejor momento en medio de una pandemia que la aprovecha para sacar su recetario neoliberal a ultranza.
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