El espectáculo de la ciénaga Reina es imponente, un cuerpo habitado por algas verdes en cuyas orillas abundan los arracachos con frutos semejantes a piñas, alimento de aves zancudas. Veloces águilas pescadoras planean sobre los espejos de agua. Los humedales producen oxígeno, reciclan el gas carbónico, purifican el agua y proporcionan albergue a las especies viajeras.
Párrafos como este, llenos de poesía ecológica, nos describe Óscar Rivera Luna en su artículo para denunciar el ecocidio que significaría la construcción de un puerto marítimo de aguas profundas en la Bahía de Tribugá. Afortunadamente para la naturaleza del bajo Atrato, para el Chocó y para el país este monstruoso proyecto es tan arrevesado que, por no cumplir con los requisitos de seriedad, la propia Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, declaró el desistimiento tácito (abandono voluntario) de la solicitud de concesión portuaria.
Sin duda este artículo, escrito antes de conocida la noticia del desistimiento, como las numerosas denuncias de la comunidad de Nuquí y el Chocó, ha contribuido para alertar a la opinión pública sobre lo negativo de este esperpento de megaobra. La amenaza continúa porque la sociedad Arquímedes y círculos del alto gobierno insistirán en el despropósito que significa este puerto depredador de la naturaleza del Chocó, una de las más biodiversas del planeta.
Por Oscar Rivera Luna
Ingeniero agrónomo UNAL, Investigador y estudioso del Cambio Climático
Estoy pensando que a pesar de la pandemia y su comprobada relación con la destrucción de ecosistemas persisten en la destrucción de las selvas lluviosas. Proyecto de Puerto Profundo de Tribugá amenaza al Bajo Atrato.
Colombia tiene una capacidad portuaria que sobrepasa la prevista para las próximas décadas. Según la ANI, en los puertos del país se han invertido 2.558 millones de dólares, que incrementaron su capacidad de 286 millones de toneladas en el 2010 a 444 millones en el 2017, que al 2021 lleguen a 514 millones de toneladas. Frente a esta capacidad, el tráfico portuario marítimo en el 2018 fue de solo 197 millones de toneladas”. Con lo cual este proyecto devastador para el complejo de ciénagas y humedales del Bajo Atrato es muy dañino e irracional.
Amenaza para arrecifes coralinos, manglares, esteros, humedales y ciénagas del Bajo Atrato. Para los Panganales, selva de Guandal y selva lluviosa.
Resultaría positivo invertir en educación, salud, servicios públicos, fomentar proyectos de naturaleza social, eco turismo, aprovechamiento de los recursos para sostenibilidad ambiental con energías renovables. Si se trata de impulsar el desarrollo del Chocó, sumido en la violencia el Estado debería disminuir la brecha de desigualdad en municipios como Nuquí. Según el DANE el 19,7 % de la población mayor de 15 años no sabe leer ni escribir, y el 41,1% solamente ha cursado la primaria. La pobreza y la minería del oro causan indecibles sufrimientos a la población.
Si el Estado colombiano y el grupo de inversionistas promotores de esta locura destructiva e innecesaria la ejecutan, se afectarían 916 hectáreas de manglar. La migración de las ballenas que llegan a parir en las aguas del golfo. Se destruiría el hábitat de 250 especies de algas, 42 tipos de esponjas, 875 de moluscos, 1.894 de anélidos, 863 de crustáceos, 223 de equinodermos, 1.212 clases de peces diferentes además de numerosas aves marinas. Dañaría la interacción de aguas salinas de Urabá, aguas dulces del Atrato y aguas salobres de caños y esteros. Magnificando la triste historia de Ciénaga Grande de Santa Marta y la Isla de Salamanca.
El espectáculo de la ciénaga Reina es imponente, un cuerpo habitado por algas verdes en cuyas orillas abundan los arracachos con frutos semejantes a piñas, alimento de aves zancudas. Veloces águilas pescadoras planean sobre los espejos de agua. Los humedales producen oxígeno, reciclan el gas carbónico, purifican el agua y proporcionan albergue a las especies viajeras. Cuando sube la marea aguas salinas del golfo de Urabá penetran más de trescientos kilómetros por el profundo cauce del río y los humedales, influenciando el agua dulce, su pH y las condiciones de vida determinantes para los seres vivos del bajo Atrato.
Con el calentamiento global el océano elevará su nivel y el agua será más y más salina, en los humedales del bajo Atrato. Asfixiando los arracachos y chuscales. Especies de plantas nativas de la selva húmeda tropical del Chocó, propias de suelos húmedos y anegados. Los arracachos son herbáceos con raíces adventicias, con floración en forma de piñas carnosas cubiertas por brácteas, pertenecen a la familia de las Aráceas. Montrichardia arborescens. El Panganal es una selva inundada con predominancia de palmas pánganas caracterizadas por sus frutos circulares de color café, resistente a las inundaciones permanentes que son consumidas por monos aulladores. Raphia taedigera. Sus hojas tienen gran dimensión. Abundan las ceibas Bongo, los chanules. Las Hicoteas tortugas de tamaño pequeño a mediano, son perseguidas con saña y sorprendente salvajismo por el sabor de su carne, provocando incendios en los panganales y manglares. Trachemys scripta. Cocineras. Aves bullosas de color negro-azuloso tornasol. Anidan en las copas de los árboles cercanos a los cuerpos de agua dulce, ciénagas del bajo Atrato.
Donde se tala la selva disminuye la humedad relativa, se perturba el equilibrio climático, sucumben las ranas venenosas útiles para la producción de esteroides anabolizantes, todas las especies sufren impactos ocasionados por la alteración del hábitat y la pérdida de humedad relativa. Los árboles quemados emiten millones de toneladas de gas CO2 a la atmósfera. Los procesadores de maderas continúan extrayendo los abarcos marinos, chanules, catibos, caobas... autorizados por funcionarios corruptos. Colombia otorgó concesión de miles de hectáreas a monopolio canadiense para desbrozar y talar maderas precios. La ambición rompe el saco, amenaza con depredación de los catibales y extinción de las maderas preciosas en bancos genéticos de la selva tropical del Chocó. Extrayendo oro con cianuro y mercurio exterminarán los peces en límpidos caudales». Después de ocultarse el Sol, nubes de murciélagos dispersores de semillas y coleópteros invaden el ambiente. Cuando llueve, pequeñas ranas emiten sus alucinantes cantos nocturnos. En las noches de luna, luciérnagas y cocuyos se suman al espectáculo maravilloso de las estrellas y de fugaces astros lejanos que vagan en el espacio y el tiempo infinito. Así transcurren las noches y los días en el bajo Atrato.
«La carretera sobre el Tapón del Darién fue prediseñada basándose en una ley expedida por el Congreso de una potencia extranjera, sobre cooperación bilateral, para construir el tramo faltante de la vía panamericana entre Chepo Panamá y el río León en Colombia». Abarco marino. Especie de madera preciosa con alta cotización en el mercado. Se produce en áreas influenciadas por el agua de mar y agua de río. Caryniana pyriformis. Cocuyos Coleópteros Cantáridas y Lampírides producen luz nocturna por el rozamiento de las patas con fibras existentes en su abdomen.
El proyecto desconoce el irreparable daño ambiental que ocasionaría e incluye la destrucción de Loma Aislada, colina selvática de exuberante biodiversidad y endemismo. «De ella se extraerían ciento seis millones de metros cúbicos de rellenos y rocas, para construir un terraplén letal de dos metros de altura sobre los humedales del río. Al sur de la ciénaga Última de Tumaradó, desde puerto América hasta el límite con Panamá, ya sobre la serranía del Darién, con una calzada de trece metros de ancho y longitud de cuarenta y dos kilómetros. Las frágiles serranías, los manglares, acantilados imponentes, playas y espléndidos mantos coralinos, quedarían sepultados por los arrastres de sedimentos y las extensas natas de sal empezarían a formar burbujas de metano en las ciénagas y caños.
Donde se tala la selva disminuye la humedad relativa, se perturba el equilibrio climático, sucumben las ranas venenosas útiles para la producción de esteroides anabolizantes, todas las especies sufren impactos ocasionados por la alteración del hábitat y la pérdida de humedad relativa. Los árboles quemados emiten millones de toneladas de gas CO2 a la atmósfera. Los procesadores de maderas continúan extrayendo los abarcos marinos, chanules, catibos, caobas... autorizados por funcionarios corruptos. Colombia otorgó concesión de miles de hectáreas a monopolio canadiense para desbrozar y talar maderas precios. La ambición rompe el saco, amenaza con depredación de los catibales y extinción de las maderas preciosas en bancos genéticos de la selva tropical del Chocó. Extrayendo oro con cianuro y mercurio exterminarán los peces en límpidos caudales». Después de ocultarse el Sol, nubes de murciélagos dispersores de semillas y coleópteros invaden el ambiente. Cuando llueve, pequeñas ranas emiten sus alucinantes cantos nocturnos. En las noches de luna, luciérnagas y cocuyos se suman al espectáculo maravilloso de las estrellas y de fugaces astros lejanos que vagan en el espacio y el tiempo infinito. Así transcurren las noches y los días en el bajo Atrato.
«La carretera sobre el Tapón del Darién fue prediseñada basándose en una ley expedida por el Congreso de una potencia extranjera, sobre cooperación bilateral, para construir el tramo faltante de la vía panamericana entre Chepo Panamá y el río León en Colombia». Abarco marino. Especie de madera preciosa con alta cotización en el mercado. Se produce en áreas influenciadas por el agua de mar y agua de río. Caryniana pyriformis. Cocuyos Coleópteros Cantáridas y Lampírides producen luz nocturna por el rozamiento de las patas con fibras existentes en su abdomen.
El proyecto desconoce el irreparable daño ambiental que ocasionaría e incluye la destrucción de Loma Aislada, colina selvática de exuberante biodiversidad y endemismo. «De ella se extraerían ciento seis millones de metros cúbicos de rellenos y rocas, para construir un terraplén letal de dos metros de altura sobre los humedales del río. Al sur de la ciénaga Última de Tumaradó, desde puerto América hasta el límite con Panamá, ya sobre la serranía del Darién, con una calzada de trece metros de ancho y longitud de cuarenta y dos kilómetros. Las frágiles serranías, los manglares, acantilados imponentes, playas y espléndidos mantos coralinos, quedarían sepultados por los arrastres de sedimentos y las extensas natas de sal empezarían a formar burbujas de metano en las ciénagas y caños.
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