La decisión del Tribunal, basada en hechos irrefutables que las movilizaciones y debates demostraron a plenitud, es un triunfo de la ciudadanía bogotana en defensa de su empresa histórica: la ETB. El PTC, que participó decididamente en cada una de estas actividades, realza la importancia de esta batalla por el patrimonio público y reconoce que, sin el concurso unitario de cada fuerza social y política no hubiera sido posible este triunfo. Nos debe servir como acicate para logar la unidad de todas las fuerzas democráticas y alternativas en busca de la reconquista de la alcaldía el año venidero.
Por Miguel Ángel Delgado Rivera
Comité de Redacción de la Bagatela PTC
Desde
cuando que Cesar Gaviria, en 1990, inauguró la era de las privatizaciones a
tutiplén, como parte de la llamada apertura económica en la nueva era
neoliberal, la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, ETB, ha sido objetivo
de una decena de embates privatizadores. Los alcaldes Caicedo Ferrer, Antanas
Mockus en varias oportunidades en sus dos alcaldías, Paul Bromberg, Enrique
Peñalosa en sus dos administraciones y Samuel Moreno, presentaron diferentes
propuestas de privatización, desde la venta de acciones, pasando por un socio estratégico,
hasta la enajenación total.
Las comunicaciones
en el mundo son un sector estratégico, no solo por su rédito económico y la
importancia para el sistema financiero y de comercio internacional del control
de la transmisión de datos, sino por su papel en la seguridad y soberanía
nacionales y en particular por la reproducción de la cultura de dominación y
explotación. Tanto es así que las más grandes fortunas del mundo de miles de
millones de dólares están ligadas a los medios masivos de comunicación y ahora
a las llamadas comunicaciones digitales.
Por eso
las telecomunicaciones se volvieron un blanco predilecto de la privatización y
los negocios en el mundo entero. Telecom, nuestra otrora poderosa empresa
estatal de telecomunicación, fue marchitada para luego ser vendida en el
gobierno de Álvaro Uribe. Hoy quienes controlan este sector en el país son empresas
extranjeras ligadas a emporios financieros y gigantescas fortunas, Claro: Banco
Imbursa: Carlos Slim, Movistar -Telefónica, Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria: Francisco
González Rodríguez.
La ETB es
la mayor empresa de carácter estatal que aún supervive al ímpetu privatizador
de los gobiernos y administraciones neoliberales. Enrique Peñalosa como alcalde
de Bogotá ha sido el más incisivo agente de la privatización de la ETB. En sus
dos alcaldías ha hecho los mayores esfuerzos por enajenar este activo social y
empresarial público de los bogotanos y de todo el país, siendo fiel a su
talante de promotor de negocios para grandes compañías multinacionales, como
por ejemplo la Volvo de Suecia.
Los
argumentos que esgrime Peñalosa para sustentar la venta de ETB es que esta
empresa no es competitiva frente a los grandes actores en el campo de las
telecomunicaciones y que por ende ella perderá valor y por esta razón es mejor
venderla para utilizar el dinero en inversión social y en obras de expansión
vial como Transmilenio. Estos argumentos además de incorrectos y de esconder la
verdadera intención de traspasar un negocio pulpo y a precio de huevo a manos
de los monopolios extranjeros, se parecen, parodiando un poco, al chiste del
marido que, ante la infidelidad de su esposa en su propia casa, vende el sillón
donde se consumió la perfidia.
La ETB ha
sido, además de sostén de las finanzas del distrito, la empresa que dotó a la
ciudad más grande de Colombia de telefonía conmutada y transfiere importantes
recursos a la universidad Distrital y a programas sociales de los capitalinos,
ahora, gracias a la importante inversión de más de 2.000 millones de pesos
durante la administración Petro, es la empresa con mayor desarrollo en fibra
óptica para servicios de internet y televisión.
Numerosos
son los estudios que sustentan la viabilidad y la importancia de la ETB, basta
con señalar los escritos del economista y columnista de El espectador, Eduardo
Sarmiento y el Estudio de la Plataforma por el Derecho a la Ciudad titulado
“ETB: Un regalo para las multinacionales” (http://viva.org.co/attachments/article/584/Capitulo_03.pdf),
para que el lector pueda profundizar en la aberración de la propuesta
peñalosista de venta de la ETB. También y a pesar de una administración
regresiva y privatizadora los resultados financieros del último año así
corroboran la fortaleza económica y social de la ETB.
Decidió
entonces Peñalosa, al inicio de su segunda administración en abril del 2016, incluir
subrepticiamente un “articulito” en su plan de desarrollo, sin estudios de
sustentación y sin participación ciudadana, para enajenar la ETB y “aquí fue
Troya”.
Siguiendo
el ejemplo de los trabajadores de Telecom y su memorable huelga de diez días en
abril de 1992 y su propia experiencia, acumulada durante años de resistencia a
la privatización, los trabajadores de ETB, sus sindicatos Sintrateléfonos y
Atelca y la CUT se dieron a la tarea de una inmensa movilización ciudadana que
realizó profusas marchas de protesta de miles de trabajadores y bogotanos
portando la gigantesca bandera colombiana, trascendentales debates en el
Concejo con las barras y las afueras del edifico colmadas de gente rechazando
la privatización, un cabildo abierto, el inicio de la recolección de firmas
para la revocatoria del mandato de Peñalosa (que terminó con más de 700.000
firmas válidas y la descarada maniobra del Consejo Nacional Electoral, con
mayoría de los socios del alcalde de Cambio Radical, el Centro Democrático y el
Partido Liberal, para evitar su convocatoria), intervención y sesiones
extraordinarias del Consejo Territorial de Planeación convocadas por su
presidenta Martha Triana, donde se estableció, con meridiana claridad, que el
anteproyecto de plan de desarrollo que presentó el alcalde Peñalosa al Consejo
Territorial de Planeación no incluía la venta de la ETB, como sí lo incluyó en
el que radicó en el Concejo capitalino.
A esta
importantes acciones y movilizaciones de rechazo a la privatización, que
incluyó los más diversos sectores sociales de la ciudad, todos los partidos
democráticos y de izquierda (con excepción de 5 concejales verdes adeptos a
Peñalosa), las centrales obreras, las acciones comunales, los ambientalistas,
los estudiantes de la Universidad Distrital, los maestros, los animalistas,
representantes de las llamadas nuevas ciudadanías y los vendedores informales,
se ligó un proceso de demandas y tutelas para evitar el error de forma y
contenido del artículo del plan de desarrollo que legalizaba la venta de la ETB
y que fue aprobado irregularmente por la mayorías de concejales en el mes de
mayo.
Una de
esas demandas fue interpuesta por la presidenta de Atelca, Martha Alejandra
Wilches, ante un juez administrativo, en la que se argumentó la nulidad del
plan de desarrollo como mecanismo idóneo para promover la venta de la ETB. El
fallo del juez, en julio de 2017, fue a favor de la demandante, considerando
que no había unidad de materia entre el plan de desarrollo y la venta de ETB,
lo cual congeló el proceso de privatización. Peñalosa apeló el fallo ante el
Tribunal Contencioso Administrativo de Cundinamarca. El pasado 6 de diciembre
el alto tribunal falló en contra de Peñalosa y ratificó que la venta avalada
por el Concejo de la ciudad es nula. Argumentaron los magistrados que:
“Por el
contrario, como en el caso bajo estudio, se trazaron y quebrantan injustificada
e indebidamente la participación de la comunidad, esto es el estudio y
consideración previa ordenada por la ley y el ordenamiento a través de sus
diferentes representantes en el Consejo Territorial de Planeación” y que “al no
permitirse la deliberación, el análisis y la discusión sobre el documento
consolidado, esto es, el documento que contenía tanto las normas o
disposiciones originarias como las modificaciones y las correcciones que haya
tenido el proyecto desde su origen, se limitó ese espacio de deliberación que
tenía la comunidad, a través del Consejo Territorial de Planeación Distrital,
(…) frente a determinaciones sobre una materia fundamental para el desarrollo
local”.
Es decir,
se develaron las maniobras, las mentiras y la mala fe de Peñalosa al querer
gobernar siempre con trampa en favor de los negocios y en contra de la ciudad. Algo
similar está ocurriendo con el proyecto de Metro para Bogotá. El fallo es sin
duda una gran lección para los negociantes que usufructúan los bienes públicos.
No faltarán los Néstor Humberto Martínez y los abogados del diablo que vengan
en auxilio de Peñalosa, como lo hacen con el caso Odebrecht con el más grande
potentado de país.
La
decisión del Tribunal, basada en hechos irrefutables que las movilizaciones y
debates demostraron a plenitud, es un triunfo de la ciudadanía bogotana en
defensa de su empresa histórica: la ETB. El PTC, que participó decididamente en
cada una de estas actividades, realza la importancia de esta batalla por el
patrimonio público y reconoce que, sin el concurso unitario de cada fuerza
social y política no hubiera sido posible este triunfo. Nos debe servir como
acicate para logar la unidad de todas las fuerzas democráticas y alternativas
en busca de la reconquista de la alcaldía el año venidero.
Los
trabajadores de ETB, sus organizaciones sindicales y la ciudadanía en general
debemos estar alertas por un nuevo intento revanchista de Peñalosa de
privatizar ETB y debemos barrer de la administración de esta empresa insigne a
los directivos que, como el gerente Jorge Castellanos, la quieren disminuir
técnica y laboralmente. El camino es el triunfo político en Bogotá.
Diciembre
10 de 2018.
3 comentarios
Write comentariosETB nuestra por 134 años mas
ReplyNo sé privatiza la ETB
ReplyMis respetos y felicitaciones a la Colega y amiga abogada Pilar Peralta, sin cuya claridad conceptual, sinderesis y compromiso con la defensa de lo publicp, no estariamos celebrando. Un aabrzo para ella, y una invitación a seguir en la lucha.
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