Nuevo Mindefensa se
posesionó con grandilocuente discurso, a 5 días del Paro Nacional, y no fue
capaz de decir que era deber constitucional del gobierno garantizar y proteger
la protesta social, ni partir cobijas con los grupos paramilitares que quieren atacar
a los marchistas.
Se posesionó el nuevo
Mindefensa Carlos Holmes Trujillo, el que casi nos mete en una guerra con
Venezuela, el que votó a favor del bloqueo comercial y financiero al pueblo
cubano, el que pidió a los argentinos que votaran por Macri, el que idolatra a
Trump, Almagro y Piñera, el que respaldó el golpe contra Evo.
Si de verdad Duque y el
uribismo quieren que el paro del 21 no se empañe con violencia, ¿por qué no han
dicho nada sobre "El Patriota" y su grupo de choque
"antidisturbios"? Por enésima vez insisto en el tema, la impresión
que deja el asunto es que ese sujeto coordina con alguien de arriba, muy
arriba.
Excelente el respaldo
popular al Paro Nacional del 21 convocado por los trabajadores. Desde la
Señorita Colombia, la jerarquía eclesiástica y los artistas hasta el más
humilde de los colombianos. Claro, hay las excepciones lógicas del uribismo y
uno que otro político indiferente.
Duque habla y habla sobre
las acciones del "terrorismo internacional" en el paro 21N, pero no
ha mostrado uno sólo de los presuntamente expulsados del país. Al final le tocó
aclarar que esos elementos aún no han entrado a Colombia. Farsante. Otro
monumental oso. Ya ni pena le da.
Esta derecha mundial,
encabezada por los Trump, Almagros, Bolsonaros, Uribes y Duques, no tiene
hígados para mentir y engañar si sirve a sus oscuros intereses. ya les tocó
aceptar que no había armas nucleares en Irak, ni delito en Lula, ni fraude en
Bolivia, ni terrorismo internacional el 21.
El alcalde de Medellín,
Federico Gutiérrez, dicta cátedra sobre todos los temas pero frente al
"patriota" y su agresivo grupo de choque antidisturbios, que anuncia
represión contra los marchistas del 21, guarda vergonzoso y cómplice silencio.
¿Será que trabajan en llave?. Foto de El Patriota (Jaime Restrepo).
La senadora uribista Paloma
Valencia afirma que Roy Barreras cruzó la "línea roja" e
inmediatamente lo amenazan de muerte; los trabajadores anuncian marchas el 21 y
el Uribismo ya formó grupo de choque en Medellín para agredir a quien proteste.
¿A dónde quieren llevar este país?
Duque, el ministro
Carrasquilla y los grandes círculos económicos del país sacan pecho con las
cifras y comentarios hechos por el Fondo Monetario Internacional sobre el
crecimiento de la economía colombiana previsto para este año y el siguiente. Es
cierto que se vaticina un crecimiento económico de 3,4% para 2019 y de 3,6%
para 2020, índices más altos que lo que se espera para toda la región. (0,2% en
2019 y 1,8% en 2020). Pero que el Gobierno y el
uribismo no tiren las campanas al vuelo. El desempleo registró 10,2% en
septiembre pasado, la cifra más alta desde 2010. Ha crecido tanto la pobreza
monetaria como la pobreza multidimensional entre 2019 y 2018 (Esta última 1,8%
de un año a otro). El déficit de cuenta corriente se mantiene en 4% y es el más
alto entre 43 países que monitorea el FMI. La deuda pública supera 49% del PIB
y los vencimientos de la misma se pagan con nuevos bonos, es decir, nueva
deuda. Los grandes empresarios fueron los únicos favorecidos con la llamada ley
de financiamiento y a los trabajadores se les amenaza con unas regresivas
nuevas reformas laboral y pensional. Colombia y su pueblo tienen
muchísimas razones para no quedarse atrás de las gigantescas manifestaciones de
protesta que se han dado en la región, especialmente en Ecuador y Chile contra
las políticas neoliberales que se han impuesto por treinta años en América
Latina. Y que como científicamente demostró nuestro fundador y jefe político,
Francisco Mosquera, esas políticas regresivas jamás contribuirán al progreso de
nuestros pueblos. "El capital extranjero viene por todo, por el algodón,
la tela, el telar y por María, que es la que teje", decía en gráfica y
profética descripción de nuestra tragedia social y económica. Respaldemos con decisión,
con dignidad, con entusiasmo el Paro Nacional convocado por las Centrales de
Trabajadores y las organizaciones sociales el 21 de noviembre contra el llamado
"paquetazo económico de Duque".
Se acerca el debate en el
Congreso sobre la Moción de Censura al ministro de Defensa Guillermo Botero,
llamado el ministro "alegrón". De nuevo el uribismo tratará de
imponer el rechazo a la moción por mayoría. Pero ese ministro es una vergüenza nacional y en cualquier gobierno distinto al de Duque y en cualquier país
distinto a Colombia ya hubiera sido destituido por incapaz, ineficiente y
mentiroso. Desde que ocupa el
ministerio, siete de agosto de 2018, han sido asesinados centenares de
dirigentes sociales, 126 indígenas y más de 150 reinsertados de las FARC. No
sobra recordar que Botero es el responsable del ridículo internacional que
sufrió Colombia al entregar a la Asamblea General de las Naciones Unidas un
informe sobre Venezuela lleno de errores de ortografía y fotos que no
correspondían a la situación que trataba de describir. El 22 de abril en
Convención, Norte de Santander, fue asesinado Dimar Torres Arévalo por una
patrulla del Ejército Nacional adscrita al Batallón de Operaciones Terrestres #
11. Botero dijo que había sido muerto en un forcejeo con los soldados pero
luego se supo que su asesinato fue un plan fraguado por un coronel,
suboficiales y soldados que contaban hasta con un grupo de Whatsapp para
informar los avances del plan. Los asesinos hoy se encuentran libres y el
ministro ni siquiera se ha tomado el trabajo de rectificar su amañada versión
de los hechos. En el Espacio Transitorio
de Capacitación (ETCR) de Mesetas, Meta, custodiado por la fuerza pública, fue
asesinado por la espalda, en su casa de habitación, a plena luz del día
Alexander Parra, dirigente de las FARC. Nadie, y mucho menos el Ministerio de
Defensa, da razón sobre los asesinos que escaparon atravesando cordones de
"seguridad" de la fuerza pública. En el Cauca fue abaleado el
reinsertado Flower Trompeta y el ministro dijo que su muerte se produjo en
medio de combates con el ejército. Pero no tuvo en cuenta que Medicina Legal
certificó que los disparos lo impactaron por la espalda. Esta semana que termina
hubo 14 asesinatos en el Cauca sin que este ministro, que viajó dos veces a la
zona, tomara alguna medida concreta que redundara en la disminución de la
violencia contra los indígenas que sufre ese departamento. ¡No más esta vergüenza nacional! ¡No más complicidad de Uribe y Duque con el ministro
"alegrón"! ¡Qué renuncie ya!
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