Las verdades de Trump para ganar el voto de los billonarios

César Tovar de León 7:39 a.m.


Por Edmundo Zárate
Economista, profesor universitario e investigador.
Este es año electoral en Estados Unidos y todo parece indicar que Trump será reelegido, apoyándose no solamente en el poder que le da la presidencia misma sino en resultados económicos que exhibe como positivos. El juicio político que se le adelantó, como consecuencia de la violación de leyes de su país, mostró que la determinante en los asuntos de la vida política es la economía, no las mismas instituciones.
Presidencia imperial
Estados Unidos se ha vanagloriado de tener una democracia ejemplar uno de cuyos baluartes es una férrea división del poder público en tres ramas, el ejecutivo a cargo del presidente, el legislativo con en el Senado y la Cámara, y el judicial en la Corte Suprema de Justicia, y cada una de las ramas sería respetuosa de los linderos.
Pero como lo previó Lenin, esta tridivisión del poder en la democracia burguesa funciona en la medida en que sea productiva para los intereses de los dueños de los medios de producción, y si se convierte en un obstáculo, sencillamente la echarán por la cañería.
Los hechos por los que se acusó a Trump a todas luces ocurrieron y constituyen violación de la legalidad. Por ejemplo, el uso del poder ejecutivo para torpedear la asignación de recursos a Ucrania es un desconocimiento de la potestad del poder legislativo para disponer de los recursos del Estado. Este hecho fue uno de los que los demócratas usaron para abrirle el proceso al presidente.
La otra acusación es que Trump impidió que se publicarán documentos y se citaran testigos que podrían haber demostrado la culpabilidad en el caso ucraniano, torpedeo que significó pasar por encima de los linderos del poder judicial, arrojando otro baldado de basura a la justicia. Luego de la absolución, Trump se ha dedicado indultar a amigos suyos acusados y condenados por delitos, sobre todo por corrupción.
No hay duda de que el presidente delinquió y, en consecuencia, el Senado ha debido condenarlo, pero la mayoría republicana logró imponer su fuerza y billete, y declararlo inocente.
La marcha de la economía
Que el Partido Republicano haya salido absolutamente unificado a defender a Trump no se explica solo por la disciplina partidaria, comportamiento que de todos modos no es tema menor en ese país. Pero la causa real hay que buscarla en los resultados económicos.
Un primer asunto es la gigantesca rebaja de impuestos a favor de los grandes capitales, lo cual le granjeó el apoyo de un amplio sector de los billonarios. Que ello se haya traducido en crecimiento está lejos de haber sido demostrado, pues habría que tener en cuenta la forma en que se mide el PIB: Los impuestos aparecen como un gasto, así el Estado construya puentes o escuelas, de manera que estas obras no se cuentan por sus beneficios que van a producirle a la sociedad. En consecuencia la reducción de impuestos aparece como una ganancia, es decir, como aumento en el PIB. La rebaja de impuestos la usaron los billonarios para recomprar 800.000 millones de dólares en acciones. Aun así, el crecimiento del PIB fue menor de lo prometido (dijo que llegaría al 5,0%) y de lo alcanzado por Obama (gráfica 1).
Otro aspecto que exhibe Trump es la muy baja tasa de desempleo que hay en Estados Unidos, la más baja en 50 años. Pero esa cifra, 3,5%, oculta varios hechos. Uno es que los puestos que se han creado en los años de gobierno de Trump han sido esencialmente en actividades de bajos salario ‒por ejemplo en el comercio por gigantes como Amazon o de formas similares a los domicilios que conocemos en Colombia‒, aun menores, si se trata de un negro, latino o mujer.
Estas formas de contratación, en muchos casos, se hacen por horas, lo que se traduce en que la gente reporta haber trabajado un tiempo mínimo en la semana y pasan de desempleados a empleados.
Los bajos salarios acarrean otro efecto de espejismo en las estadísticas, pues muchos gringos se ven obligados a trabajar en más de un puesto usando los contratos por hora, media jornada o jornada nocturna atendiendo puntos de venta o similares. Por ello, si bien ha crecido el número total de empresas, ello obedece a que están aumentando las microempresas, de cinco trabajadores o menos.
Finalmente, las estadísticas muestran que un creciente número de personas no está buscando trabajo ‒por los bajos salarios, por la falta de jardines infantiles, por enfermedades derivadas del alcoholismo y drogadicción, por el aumento de los presidiarios‒, y en consecuencia dejan de ejercer presión, estadísticamente hablando, pues desaparecen de las estadísticas laborales.
Trump, por otra parte, ha venido desmantelando el sistema de salud que empezó a poner en marcha Obama para regocijo de las aseguradoras y prestadores de salud, otros fuertes aportantes en su campaña. Mientras tanto, los gringos cada vez mueren más jóvenes por la catástrofe en el servicio de sanidad pública y por el levantamiento de restricciones a la polución por carbón, gasolina y otros productos contaminantes, medida tomada para atraer a los billonarios del petróleo y del carbón a pesar del ruego mundial por detener el uso de energías fósiles.
Así, hay disminución del gasto social pero el gasto total está aumentado, pues mientras recorta la ayuda a los sectores populares crecen sustancialmente los recursos dedicados al armamentismo, con el consiguiente déficit fiscal y aumento del endeudamiento externo del país, resultados que Trump había prometido mejorar, no empeorar.
La guerra comercial
Dentro de la propaganda que hizo Trump para hacerse elegir, uno de sus caballitos de batalla fue el del déficit comercial con China, a raíz de lo cual empezó una fuerte presión sobre el país asiático, que se tradujo a la postre en caída de las importaciones desde ese país y en ligera disminución de las exportaciones, dando como resultado una leve disminución del déficit comercial con China. Eso es lo que muestra Trump. Pero oculta que el crecimiento de las importaciones provenientes de otros países asiáticos como Vietnam, Corea del Sur o Taiwán se ha disparado, o sea, que lo que antes adquiría en China ahora se lo está comprando a los vecinos donde China está poniendo sus fábricas.
El resultado final (gráfica 2) es que el déficit se incrementó, alcanzando el peor nivel de la historia, si se descuentan los años 2004-2008 envueltos en la crisis. Es decir la política comercial no se ha traducido en que los productores hayan retornado a Estados Unidos sino que se han desplazado de China hacia otros países, que tienen salarios aún más bajos.
Las elecciones de noviembre
Lo que queda claro de este recuento es que los grandes aportantes a las campañas electorales gringas pueden verse inclinados a apoyar la reelección, pues han visto cómo sus ganancias han aumentado (por reducción de impuestos, estancamiento salarial, levantamiento de restricciones, carrera armamentista) así no haya habido crecimiento de la riqueza del país, asunto que por lo demás les tiene sin cuidado.
El otro sector determinante es que hay que tener en cuenta que Trump perdió en el voto popular en las elecciones de 2016, obteniendo solamente el 47%, pero por las maniobras en los distritos electorales logró la mayoría de los delegados, historia que se puede repetir en 2020.
Para ganar el voto popular, Trump insiste en su táctica: mentiras económicas, patrioterismo exhibiendo la cabeza de China, arreciando la campaña xenófoba y mostrando a sus contendientes demócratas como incapaces y socialistas castro-chavistas. De nuevo los latinos son víctimas del acoso de la policía logrando frenar casi totalmente la llegada de inmigrantes por la frontera sur, a la par que sigue entorpeciendo las políticas electorales que limitan la capacidad de voto de los negros y de los gringos de ascendencia latina. 
 Infortunadamente la clase obrera gringa todavía es víctima de esas mentiras.

Gráfica 1.

Gráfica 2. Balance comercial de Estados Unidos en bienes y servicios 1992-2019

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