Ayer, Carlos
Bula Camacho, dirigente del Polo, ex ministro y ex embajador, reconocida figura
de la izquierda colombiana, mediante comunicación enviada por correo urbano en
la cual se le acusa de vínculos con la agrupación guerrillera ELN, recibió una
amenaza contra su vida y la de los suyos. La amenaza y la correspondiente
acusación se hacen extensivos en el mismo escrito al senador Alexander López, a
la periodista Patricia Lara y al ex dirigente sindical de la USO, Hernando Hernández.
Es sabido que tanto Carlos Bula como los otros líderes amenazados han sido
defensores de la paz en Colombia y han trabajado esforzadamente por la
civilización de la contienda política, como por el cese de la violencia que ha
azotado a Colombia en todas sus manifestaciones.
Al
expresar nuestro repudio al gravísimo hecho, exigimos a las autoridades de
Colombia adecuada e inmediata protección para Carlos Bula y su familia al igual
que para los otros amenazados. Llamamos la atención a las fuerzas políticas y
sociales democráticas y a sus dirigentes, al igual que a las organizaciones
defensoras de los derechos humanos, del país y del mundo, como a los órganos de
control de la nación, para que se denuncie el atroz proceder de los autores de
las amenazas, se emplace al gobierno de Duque para que otorgue la debida
protección a los amenazados y se adelante una cerrada solidaridad en torno a
ellos.
En el
enrarecido ambiente del país, en medio de la pandemia que se ha abatido sobre
nuestra población y que recorre el globo, el hecho forma parte de la ola
persecutoria contra líderes políticos de oposición, dirigentes sociales y
sindicales, periodistas, académicos, docentes y estudiantes, indígenas y afros,
militares y funcionarios judiciales y de otras áreas del Estado, incluyendo
mandatarios seccionales y municipales que ejercen su papel con un sentido
democrático y de justicia.
Las chuzadas de la contrainteligencia del Ejército, las revelaciones de la Operación Bastón, la continuidad de los asesinatos de líderes sociales y ex guerrilleros reincorporados a la vida civil, y la inaudita libertad con que actuaron en territorio nacional los auspiciadores y partícipes de la felizmente fracasada intentona de invasión a Venezuela, son sus manifestaciones más recientes. La pasividad, charlatanería y complacencia del gobierno nacional ante todo ello es elocuente. Se busca desmantelar los acuerdos de paz, reanimar la violencia política, reactivar plenamente el paramilitarismo, mantener el antisocial modelo económico, prohibir toda expresión democrática y libre, y derrumbar de una vez por todas el Estado de derecho, es decir, realizar por completo el proyecto fascista de la ultraderecha al mando.
Las chuzadas de la contrainteligencia del Ejército, las revelaciones de la Operación Bastón, la continuidad de los asesinatos de líderes sociales y ex guerrilleros reincorporados a la vida civil, y la inaudita libertad con que actuaron en territorio nacional los auspiciadores y partícipes de la felizmente fracasada intentona de invasión a Venezuela, son sus manifestaciones más recientes. La pasividad, charlatanería y complacencia del gobierno nacional ante todo ello es elocuente. Se busca desmantelar los acuerdos de paz, reanimar la violencia política, reactivar plenamente el paramilitarismo, mantener el antisocial modelo económico, prohibir toda expresión democrática y libre, y derrumbar de una vez por todas el Estado de derecho, es decir, realizar por completo el proyecto fascista de la ultraderecha al mando.
La
plena solidaridad con Carlos Bula y los otros amenazados marca la comprensión y
el deber de la hora: la acción de todas las fuerzas democráticas unidas en
defensa del derecho a la vida, la paz, la libertad, el bienestar y el progreso
de las mayorías.
PTC-
Partido del Trabajo de Colombia
Comité
Ejecutivo Central
Yezid
García Abello
Secretario
general (e)
Bogotá,
17 de mayo de 2020
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