Miguel Ángel Delgado Rivera
Miembro del Consejo Editorial de La Bagatela
Si alguien ha contribuido a la riqueza nacional y a la
consolidación de una empresa como Avianca han sido sus trabajadores y en
particular los pilotos. El pilotaje de aviones comerciales es una profesión compleja,
que requiere de mucho temple, conocimientos sólidos de matemáticas y física,
muchos años de capacitación teórica y práctica, actualizaciones constantes en
meteorología, cartografía, sistemas, comunicaciones y navegación.
También los pilotos, desde muy temprana época de la
historia de Avianca, han luchado por la seguridad aérea, por la calidad de la
profesión y por sus condiciones salariales y de bienestar. En 1943 el capitán
Enrique Concha Vanegas fue comisionado para hablar con la gerencia de Avianca para
exponer la necesidad de la nivelación salarial frente a los pilotos extranjeros
que trabajaban en Colombia. Por esta petición, el capitán Concha fue despedido
sin fórmula de juicio, lo que motivó la solidaridad de todos los pilotos y la
presentación de su renuncia masiva. En ese año la legislación laboral no había
regulado el derecho de huelga.
El episodio, luego de una semana de parálisis de la
operación aérea, terminó con el reintegro del capitán Concha, el retiro de las
cartas de renuncia, mejora salarial y la consolidación del Sindicato de Trabajadores
de Avianca, Sintrava, que se había formado dos años atrás. En 1949, luego de algunas
experiencias organizativas se creó la Asociación Colombiana de Aviadores
Civiles, Acdac.
Avianca, la empresa dominante en la aviación comercial, ha
sido una empresa privilegiada en el país, que ha recibido no pocos favores de
los gobiernos de turno, ha atravesado por diferentes crisis económicas, una de
ellas, la de 2004, como consecuencia de la política de cielos abiertos como parte
integral de la apertura económica neoliberal, llevó a que el grupo Santo
Domingo abandonara el avión y vendiera la empresa al millonario brasileño
Germán Efromovich. Para sacar a la empresa de la crisis, la Acdac, en un hecho
insólito, aceptó rebajar algunas de sus condiciones laborales y congelar
aumentos salariales por varios años, bajo la promesa de Efromovich de resarcir
el sacrificio cuando la “bonanza” llegara.
Y la bonanza llegó. La empresa adquirida por USD$64
millones, reportó ingresos operacionales en los seis años siguientes por
USD$3.000 millones y para el año 2014 declaró USD$128 millones de ganancia. La
fortuna de Efromovich se calcula hoy en más de USD$7.000 millones. Pero lo que
no llegó fue la promesa.
Por el contrario, Avianca a través del presidente Fabio
Villegas, emprendió toda una estrategia de debilitamiento de Acdac mediante la
implementación de un Plan Voluntario de Beneficios que ofrecía mayores favores
a los pilotos no sindicalizados o que se desafiliaran del sindicato. Villegas
visitó en sus hogares a los pilotos sindicalizados para ofrecer este pacto y
consecuencialmente la desafiliación de Acdac y la división del gremio. A
Efromovich no le gustaba, como a los primeros dueños de Avianca, que se le
pidiera mejores salarios y que se cumplieran los estándares internacionales
sobre jornada laboral máxima y seguridad aérea. Protege sus gigantescas
ganancias así sea en el límite de la vida de los usuarios y la explotación de
sus trabajadores.
Una sentencia de unificación de fallos de tutela de la
Corte Constitucional Colombiana (http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15838478),
numerosas sentencias judiciales y varias multas del Ministerio del Trabajo
contra la violación de las normas laborales de derecho individual y colectivo por
parte de Avianca, corroboran las denuncias contra una política antisindical y
de máxima explotación de la empresa.
Acdac cuenta, a pesar de esta campaña de debilitamiento,
con 702 pilotos de Avianca afiliados de los cerca de 1.200 que laboran para la
compañía, lo que lo hace un sindicato mayoritario titular de la Convención
Colectiva de Trabajo e impide que se celebren pactos colectivos o los llamados
planes de beneficio. Sin embargo, Avianca, en otro acto de ilegalidad,
patrocina la creación de otra asociación de pilotos y firma con ellos un pacto
para oponerlo a la negociación y a la convención colectiva.
En estas condiciones, las negociaciones del nuevo pliego de
peticiones presentado en el mes de agosto de este año se entraban por la
pretensión de Avianca de imponer su plan unilateral de beneficios desconociendo
la organización sindical y su derecho de negociación colectiva. En uso entonces
del derecho constitucional de huelga la Acdac en asamblea general vota y
realiza la huelga que cumple 8 días.
En Colombia el derecho de huelga es reconocido por la Constitución
nacional en su artículo 56, solamente la limita a los servicios públicos
esenciales y dice que esto lo debe definir el legislador. Pues bien, al día de
hoy el Congreso no ha reglamentado en este aspecto la huelga en Colombia. Toca
entonces acogernos a las normas de la OIT en este sentido ya que Colombia ha ratificado
el Convenio 98 sobre sindicalización y negociación colectiva que implica
consecuencialmente el derecho de huelga. Las recomendaciones de este organismo
que deben ser acogidas tanto por el legislador como por la jurisprudencia
señalan que el transporte aéreo no es un servicio público esencial. De igual
manera regulan sobre la realización de huelgas parciales en el caso de
sindicatos de gremio como Acdac, el sindicato de los pilotos de Avianca.
La ira, la descalificación, la venganza, las amenazas, la
negación de derechos, la intolerancia, la imposición y la violación de las
leyes colombianas han movido las declaraciones y la actitud del dueño de
Avianca “no lo duden, los responsables van a pagar por lo que están haciendo”
es la diatriba de Efromovich a lo que hacen eco los grandes medios de
comunicación en una campaña de descalificación y condena al ejercicio de
legítimos derechos de los trabajadores colombianos: la organización, la negociación
colectiva y la huelga.
El movimiento sindical y la CUT en particular, se han
movilizado para defender y respaldar a los pilotos huelguistas, la presencia en
la mesa de negociación, convocada por el Ministerio del Trabajo, de Fabio Arias
y Winston Petro ejecutivos de esta central, las marchas y la campaña de apoyo
por las redes sociales, así lo demuestran. Igualmente los demócratas de
Colombia se han pronunciado en defensa de los trabajadores y sus derechos, la
intervención que por el canal NTN24 hiciera Yezid García exconcejal de Bogotá
en respaldo y solidaridad con los huelguistas es un ejemplo.
Acdac ha reducido y centrado sus reivindicaciones en tres
puntos centrales: 1) Acabar con la discriminación salarial en el Holding
Avianca. 2) La carga laboral y la seguridad aérea: en Colombia la intensidad
horaria es de 12 horas diarias y 70 horas semanales, mientras la media mundial
está estimada en 8 horas diarias y 30 a la semana, esto sin duda atenta contra
la seguridad aérea que implica vidas humanas. 3) Garantías sindicales y de
bienestar para los pilotos. Sobre estos puntos, sobre la base del diálogo y el
respeto a los derechos y con la solidaridad del pueblo trabajador, los pilotos
de Avianca en huelga obtendrán un triunfo por la dignidad y los derechos.
Bogotá, 28 de septiembre de 2017
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