El expresidente
Álvaro Uribe Vélez y Luis Almagro, Secretario General de la OEA, principales promotores de la intervención
en Venezuela.
Acorde con su decisión de
incrementar el gasto militar de EE.UU., el endurecimiento de la política de
Trump frente a Venezuela y la región ha sido notorio, hasta el punto de que se
están generando las condiciones para emprender una intervención militar en el
país vecino. Los pronunciamientos reiterados de los altos mandos de la Casa
Blanca frente a la situación venezolana le apuntan a esa salida. La crisis desatada
por el aumento de la migración de venezolanos hacia los países de la región ha
sido el pretexto que buscaba para justificar la invasión.
Precisamente, durante los últimos diez meses
se han intensificado los ejercicios militares de Estados Unidos con sus
gobiernos aliados en la región. Estas maniobras se han desarrollado en dos
puntos: primero, en la llamada triple frontera amazónica, en un proyecto
denominado Amazonlog17, en el cual participan Brasil, Perú, Colombia y otros 15
países. El segundo punto es la costa del Caribe, frente a Venezuela, en donde el
Comando Sur de los Estados Unidos, con el apoyo de 17 países, realiza
ejercicios militares con regularidad. No puede dejarse de lado la existencia de
siete bases militares de Estados Unidos en Colombia.
En este proceso de cerco y aislamiento
regional e internacional a Venezuela, que puede desembocar en un conflicto
armado de consecuencias gravísimas para la región y en particular para Colombia,
el papel desempeñado por Luis Almagro, Secretario General de la OEA, ha sido
nefasto. Sus declaraciones en Cúcuta el viernes pasado, en donde contempla una
intervención militar para derrocar al gobierno del país vecino, son escandalosas.
Se dieron en un evento convocado por el gobierno colombiano y sus
representantes, el canciller Carlos Holmes Trujillo y el embajador ante la OEA,
Alejandro Ordoñez. Estas declaraciones provocaron un pronunciamiento de rechazo
por parte de los países del llamado Grupo de Lima, que se constituyó
supuestamente para buscarle salida a la crisis venezolana. Como podía
esperarse, el gobierno de Duque se abstuvo de suscribir este pronunciamiento.
Hay que recordar que el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue el primero en
invocar la intervención militar de Estados Unidos en Venezuela hace un par de
años.
Sin embargo, las declaraciones del señor
Almagro y su posterior llamado a la comunidad internacional para evitar que
Venezuela se convierta en una nueva Ruanda, no deben sorprender. Corresponden a
un giro que emprendió desde cuando llegara a este cargo a mediados de 2015, pero
que se ha venido acentuando en el curso de los dos últimos años. Este oscuro
personaje, diplomático de carrera, venía de ser canciller durante cinco años
del gobierno progresista de Pepe Mujica y del Frente Amplio del Uruguay. Fue postulado
por su gobierno y finalmente contó con el aval de Obama.
Frente a la crisis de los gobiernos
progresistas de América del Sur, y la llegada al poder en Estados Unidos de la
extrema derecha que representa Donald Trump, Almagro se apropió del papel de tratar
de regresarle a la OEA su tradicional función de “Ministerio de Colonias” de
Estados Unidos. Es así como, después de múltiples intentos fraudulentos de conformar
una mayoría en la organización que preside para condenar al gobierno de
Venezuela, finalmente este año logró activar la llamada Carta Democrática Interamericana, con
la que se aislará todavía más a Venezuela y se sentarán las bases jurídicas
para una intervención de fondo. En junio de 2017, en un hecho sin precedentes, Almagro
habló en el Congreso de Estados Unidos, incitando a la intervención de este
país. Fue invitado por el Subcomité del Hemisferio Occidental de Congreso, presidido
por el republicano Marco Rubio.
Sus sumisos elogios a la política exterior de Donald
Trump, en especial frente a Cuba y Venezuela, han sido permanentes. Ha
arremetido contra la ONU por sus informes sobre la complejidad de la crisis de
Venezuela y el papel de Estados Unidos en la misma y la ha llamado a tomar
acciones contra el gobierno de Maduro. Ha expresado la misma beligerancia frente
a los informes de la Cepal y la FAO en donde se destacaban los avances de
Venezuela en materia social.
En síntesis, Luis Almagro ha centrado toda su
atención en la crisis de Venezuela, dejando de lado otras gravísimas
situaciones como las que vivió Honduras en noviembre de 2017, con motivo del
fraude de las elecciones presidenciales, así como los permanentes asesinatos de
líderes y dirigentes políticos y sociales en México y Colombia, entre otros
muchos casos que se presentan en la región.
Tal como afirmó Pepe Mujica en
una declaración en la que expresó su rompimiento con su antiguo canciller “Lo
que está haciendo Almagro desde la OEA es un peligro, no sólo para Venezuela,
sino para todo el continente”. Con toda razón, el Frente Amplio lo ha acusado
de trabajar para los intereses de Estados Unidos.
El Partido de Trabajo de Colombia convoca a la
defensa de la soberanía nacional, frente a las perspectivas de una intervención
militar de Estados Unidos, con la complicidad del gobierno colombiano. Respaldamos
la autodeterminación nacional y nos unimos a todos los que claman porque los
problemas de Venezuela sean resueltos por mecanismos diplomáticos y pacíficos.
Bogotá D.C., 17 de septiembre
de 2018
Partido del Trabajo de
Colombia – PTC
Comité Ejecutivo Central
Comité Ejecutivo Central
Yezid García
Secretario General (E)
Secretario General (E)
EmoticonEmoticon